Una advocación mariana en un subsuelo de un templo francés atrae multitud de fieles desde hace siete siglos. En la catedral se conservaría la túnica que María llevaba en el momento del nacimiento de Cristo.
Imagen de Nuestra Señora de la Clandestinidad que se encuentra en el subsuelo de la catedral de Chartres.
Nuestra Señora de la Clandestinidad, cuya festividad se recuerda el 15 de marzo, está ligada a Chartres (Francia) desde el 911, cuando el obispo de la ciudad decidió colocar una reliquia de la Virgen en la parte superior de las murallas del poblado para protegerla de los invasores.
Según la tradición, este acto produjo tal terror en el campamento adversario que todos los soldados se retiraron asustados, lo que llevó a la liberación milagrosa de la urbe.
En 1140, los cristianos que residían allí comenzaron a construir un santuario de piedra y madera para honrar a Nuestra Señora. Tanto ricos como pobres pusieron su fuerza y sus posesiones en el trabajo para construir esta maravilla arquitectónica.
Fachada de la catedral de Notre Dame de Chartres, donde se encuentra la advocación de Nuestra Señora de Clandestinidad.
La catedral de Notre Dame en Chartres es una maravilla arquitectónica que resistió el paso del tiempo y sigue siendo una de las iglesias góticas más bellas del mundo. Su cripta alberga el santuario de Nuestra Señora del Subsuelo o de la Clandestinidad, una imagen de una virgen negra que fue objeto de veneración durante siglos.
También se encuentra en el coro una estatua de Nuestra Señora del Pilar y una supuesta prenda de María, el Sancta Camisia, que se cree que es la túnica que la Santísima Virgen llevaba en el momento del nacimiento de Cristo.
Cripta de la catedral de Notre Dame de Chartres.
Asimismo, en el templo se destacan la “ventana de la Virgen Azul” (Notre Dame de la Belle Verrière), que data del siglo XIII y representa a la Virgen con el Niño, el árbol de Jessé, la Pasión y la Resurrección, la infancia de Jesús, San Juan Evangelista, la vida de Santiago y muchas otras historias y personajes de la vida sagrada.
Desde hace siete siglos, reyes, príncipes, papas, prelados, santos, pecadores y feligreses visitan Chartres en peregrinación. Muchos experimentaron milagros en respuesta a su fe, confianza y oraciones a Nuestra Señora de la Clandestinidad.
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