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Foto del escritorCanal Vida

Trabajador incansable por el prójimo

José Kriskovich Radetich falleció a los 93 años de edad.

 


El cielo está de fiesta, un hijo de Dios que dejó un gran legado en la tierra vuelve al Padre: José Kriskovich Radetich (93), líder de la Acción Católica del Paraguay falleció el lunes 2 de mayo en Asunción.


Multifacético, una palabra que describe a José, quien además de juez fue panadero, profesor, militante católico, fundador de entidades, esposo, padre, abuelo… y sobre todo una persona sencilla, humilde, propenso a ayudar al prójimo, devoto de san José, la Virgen María, santa Teresita del Niño Jesús y Chiquitunga.


Hijo de inmigrantes croatas, trabajó desde niño en la tradicional Panadería Colón, para luego pasar por las aulas del Colegio Nacional y del “Fulgencio Yegros”, para luego llegar a la universidad, y especializarse en Alemania y Venezuela en Derecho del Trabajo y de la Seguridad Social.


Su compromiso con la sociedad lo llevó a fundar el Partido Demócrata Cristiano en Paraguay, el Instituto Paraguayo de Derecho del Trabajo (IPDT), y ser miembro del Colegio de Abogados del Paraguay.

A medida que sus responsabilidades crecían, también lo hacía su compromiso con la Iglesia Católica, a la que sirvió como presidente de la Junta Nacional de Acción Católica.


Asimismo, fue fundador del Serra Club de Asunción con su esposa Gladys Beatriz de Vargas con quien estuvo casado 58 años, tuvo 4 hijos y 3 nietos.


Su compromiso con la sociedad lo llevó a fundar el Partido Demócrata Cristiano en Paraguay, el Instituto Paraguayo de Derecho del Trabajo (IPDT), y ser miembro del Colegio de Abogados del Paraguay.


El simpatizante del Atlántida Sport Club, fue docente de la Universidad Católica en las cátedras de Ética Profesional y Derecho Laboral en las Facultades de Ciencias Jurídicas y de Ciencias Contables de Asunción.


Del mismo modo, fue Juez en lo Laboral y Miembro del Tribunal de Trabajo, del Consejo Consultivo de Ética Judicial desde su creación hasta por dos periodos.


Su libro de cabecera, la Biblia, y algo infaltable en su vida: la comunión diaria.


José, el cielo está de fiesta.

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