Francisco, en su viaje pastoral a Canadá, visitó una provincia donde el catolicismo perdió muchos fieles en las últimas décadas y se cerraron más de 700 iglesias.
Castillo Frontenac, situado en el centro histórico de Quebec.
Con el 26 por ciento de las iglesias cerradas en las últimas dos décadas, y con una participación del 10 por ciento de la población en la misa dominical, el Papa Francisco encontró en Quebec una muestra de lo que ocurre en Canadá: el alejamiento de las personas de la religión católica, adoptando la secularización.
En 2019, Quebec prohibió que los servidores civiles como maestros, policías y fiscales lucieran símbolos religiosos en sus trabajos.
Hace seis décadas atrás era difícil encontrar lugar en un templo para participar de la misa dominical, actualmente uno puede elegir la iglesia a la que quiere concurrir, en el horario que desea, y hasta llegar unos minutos antes ya que lugar es lo que sobra, porque prácticamente están vacías.
A esta decadencia, también se le suma que el gobierno provincial prohibió que los trabajadores de servicios públicos usen de manera visible símbolos religiosos.
BAJA PARTICIPACIÓN
Alrededor de los 7 millones de francoparlantes de la provincia tienen raíces católicas, pero el 10 por ciento asisten a misa dominical, comparado con 90 por ciento de hace décadas pasadas.
La influencia de la Iglesia en la política y la cultura desapareció casi totalmente, y es una cuestión significativa si se considera que la Iglesia fundó el sistema escolar en Quebec y que durante mucho tiempo decenios controló la educación, la seguridad social y la atención médica.
SECULARISMO
En 2003 había 2.746 iglesias católicas en la provincia. Desde entonces, 713 fueron cerradas, demolidas o convertidas, de acuerdo con el Consejo del Legado Religioso de Quebec.
Hoy, el gobierno de Quebec es secular, adoptando políticas moralmente contrarias a la vida cristiana. En 2004, la provincia legalizó el matrimonio homosexual.
En 2019, Quebec prohibió que los servidores civiles como maestros, policías y fiscales lucieran símbolos religiosos en sus trabajos.
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