El cambio climático amenaza la tradición pesquera y la festividad religiosa de San Pedro y San Pablo en Perú. La llegada de El Niño presagia una disminución de la anchoveta, poniendo en vilo la subsistencia de los pescadores y el ecosistema marino.
Pescadores cargan la imagen de san Pedro, patrón de los pescadores, como parte de una procesión por tierra y mar.
La festividad de san Pedro y san Pablo, celebrada cada 29 de junio, es una de las más sentidas y populares en muchos países de tradición católica, entre ellos Perú.
Esta conmemoración, que venera a los dos apóstoles que son considerados pilares de la Iglesia Católica, adquiere un cariz particular en el balneario de Pucusana, en Lima, donde los pescadores cargan a sus santos patrones en una emotiva peregrinación marítima.
San Pedro, por su pasado como pescador, es el patrón de los hombres de mar, y la festividad se convierte en un evento en el que se mezcla la devoción religiosa con la identidad y la tradición pesquera.
EL NIÑO Y LA AMENAZA SOBRE LA PESCA
Sin embargo, este año la celebración se vio empañada por la incertidumbre y la preocupación. La llegada del fenómeno climático El Niño amenaza la disponibilidad de la anchoveta, pez clave en el ecosistema del Pacífico y principal sustento de la pesca local.
El calentamiento de las masas superficiales del océano podría alejar y profundizar la presencia de la anchoveta, que busca aguas más frías. Según datos recientes del Ministerio de la Producción y Pesquería, la biomasa de este pez en Perú se redujo un 34% en comparación con el verano de 2022.
“Cada día los pájaros mueren porque no encuentran alimentos, sobre todo la anchoveta”, lamentó Segundo Eca, un veterano pescador que vivió en carne propia los efectos de este fenómeno climático durante una faena de pesca.
EL IMPACTO EN LA VIDA MARINA Y EN LA ECONOMÍA LOCAL
La preocupación va más allá de los límites de Pucusana. Las autoridades mexicanas informaron recientemente que cientos de aves marinas murieron a causa de la falta de alimento debido al calentamiento de las aguas superficiales provocado por El Niño. Y, en el caso peruano, la disminución de la anchoveta puede impactar la dieta de lobos marinos, aves marinas, delfines y ballenas, y también otros peces consumidos por los peruanos, como el jurel.
En el ámbito económico, la amenaza de El Niño pone en vilo a la comunidad pesquera de Perú, que ve cómo su sustento se ve amenazado.
La festividad de san Pedro y san Pablo en Pucusana, este año, refleja no solo la devoción religiosa y la identidad de una comunidad, sino también la incertidumbre ante un futuro amenazado por el cambio climático.
La celebración marítima se convierte, entonces, en un llamado de atención sobre la necesidad de tomar medidas ante el fenómeno de El Niño y sus consecuencias para el ecosistema marino y las comunidades que dependen de él.
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