En Estados Unidos, desde 2020 las agrupaciones a favor de la interrupción voluntaria del embarazo atacaron más de 170 entidades católicas. A partir de la anulación del aborto las agresiones fueron más violentas al punto de incendiar templos y arrojar bombas molotov a instituciones provida.
Diferentes grupos proaborto se manifestaron violentamente frente a templos y entidades católicas agrediendo a fieles que defendían la vida.
La intolerancia se apoderó de las diferencias y provocó que, luego de que la Corte Suprema de los Estados Unidos anuló el aborto, manifestantes a favor de la interrupción voluntaria del embarazo vandalicen imágenes y templos católicos, según informó Religious Freedom Institute (RFI) en una publicación de la semana pasada.
La institución recopiló numerosos incidentes de violencia contra personas y entidades provida, evaluando las denuncias presentadas desde mayo, y ofreciendo recomendaciones sobre cómo prevenir y perseguir el vandalismo y la violencia, a los funcionarios del gobierno.
Esta evaluación de la amenaza post-Dobbs forma parte de la investigación de varios años de RFI sobre los ataques criminales a las instituciones religiosas en Estados Unidos y las respuestas sorprendentemente pasivas de Joe Biden, los funcionarios del gobierno, las fuerzas del orden y los medios de comunicación.
Edificio de una entidad provida agredido con una bomba molotov.
INTOLERANTES
Desde finales de mayo de 2020 se produjeron ataques contra al menos 174 objetivos católicos en 38 estados y el Distrito de Columbia, incluyendo incendios provocados, profanaciones y desfiguraciones, destrucción de bienes, robos y otros delitos estatales y federales.
RFI se esfuerza por lograr una amplia aceptación y respeto de la libertad religiosa como derecho humano fundamental, fuente de bienestar individual y social, piedra angular de una sociedad exitosa y motor de la seguridad nacional e internacional, y trabaja con un amplio grupo de expertos y asociaciones en Estados Unidos y en todo el mundo.
En su análisis final, señaló que “se mantienen las condiciones para que se produzcan nuevos ataques contra entidades y personas provida en los meses que quedan de 2022 y en el próximo año”.
BORRADOR QUE DESPERTÓ EL ODIO
Desde que se filtró el borrador de la Corte Suprema de Justicia que adelantó que iban a anular el aborto, ocurrieron ataques contra 63 organizaciones provida, en 26 estados y el Distrito de Columbia.
El número de ataques documentados contra lugares católicos es elevado: una media de al menos uno cada tres días desde la filtración del 2 de mayo, según la Agencia Católica de Noticias (CNA), los actos violentos explícitamente proabortistas afectaron al menos a 32 iglesias católicas en Estados Unidos y al menos a 50 centros de ayuda a la maternidad. El último es el robo, el 30 de agosto, en el templo San Andrés Apóstol, (Gibbsboro, Nueva Jersey), de la estatua de Nuestra Señora de Fátima, que fue encontrada tras la detención del autor el 7 de septiembre.
DEFENSORES DE LA VIDA EN PELIGRO
Las “recomendaciones” del RFI son claras: las organizaciones provida deben dedicar más recursos a la seguridad y a la formación del personal, aumentar las relaciones con las fuerzas del orden e incrementar la cobertura de los seguros; muchos de los ataques son “delitos federales” y el gobierno tiene la responsabilidad de proteger y debe actuar con decisión para prevenir, investigar y perseguir los ataques criminales contra estas instituciones.
Ante esta enésima y triste denuncia, continúan las increíbles y “violentas” declaraciones de los dos mayores promotores del derecho a asesinar a los inocentes: Nancy Pelosi (presidenta del Congreso) y Kamala Harris (vicepresidenta de los Estados Unidos).
VICEPRESIDENTE A FAVOR DE LA MUERTE
Kamala Harris, vicepresidente de Estados Unidos, declaró su compromiso de hacer que el aborto sea utilizable incluso para las niñas; reiteró en la convención de la iglesia bautista nacional (8 de septiembre) cómo su profunda fe cristiana “guía diariamente” las decisiones a favor del aborto, instando a los 2.000 pastores a luchar contra la «oscuridad» de los provida; culpó al Tribunal Supremo y a la Sentencia Dobbs del sufrimiento actual de toda la nación.
En medio de toda esta triste e incivil escualidez política, la esperanza revivió y cientos de miles de católicos celebraron el 10 de septiembre el primer Día Nacional de Recuerdo de los Niños Abortados desde que el Tribunal Supremo de Estados Unidos dictó la Sentencia Dobbs, permitiendo a los estados volver a proteger a los niños no nacidos.
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