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Foto del escritorCanal Vida

Pa’i Julio, el siervo de Dios

A 79 años de su muerte, el padre Julio César Duarte Ortellado camina hacia los altares.
 

Devotos honran al padre Julio César Duarte Ortellado en la iglesia de Ybycuí.


Quienes conocieron al sacerdote Julio César Duarte Ortellado aseguran que su vida fue la de un verdadero santo. También sus más allegados y devotos, quienes a 79 años de su muerte, no sólo atestiguan, sino que rezan intensamente para que sea declarado como tal por la Iglesia Católica.


En abril de 2013 el Vaticano lo proclamó Siervo de Dios, que da la seguridad de que goza de la gloria del Señor. Además, es el primer paso para la beatificación y posterior canonización. El próximo paso es que sea declarado venerable, para ello deben aprobar las virtudes heroicas.


Oración al padre Julio César Duarte Ortellado.



CAUSA

Una de las sobrinas del siervo de Dios, hija de uno de sus hermanos, y promotora inicial de la causa, Vielva Noguera, indicó, en una entrevista realizada por Cristo Hoy en 2013, que tiene recuerdos lejanos de su tío, ya que sólo tenía seis años de edad cuando falleció, pero está convencida de que es un santo.


“Hay demasiados testimonios de sanaciones, de personas que le piden y les concede”, indicó Noguera, al tiempo que afirmó que hay personas que se acercan a ella para que le rece a su tío por ellos.



SORPRESA

Vielva recordó que hace algunos años fue con su hermana María, ya fallecida, a ver a monseñor Felipe Benítez (1926-2009) para que celebrara una misa en la catedral en memoria de su tío.


Para sorpresa de ambas, el prelado les dijo que el sacerdote camino a la santidad, era su abogado y mediador. Les sugirió leer el libro “Presbítero Julio César Duarte Ortellado, sacerdote secular paraguayo de vida ejemplar”, escrito por monseñor José León Mercado, y les encomendó recabar testimonios para iniciar la causa de canonización.


“En ese entonces ya estaba jubilada y tenía tiempo para hacerlo, pero bajo su dirección porque nosotras no teníamos idea de cómo era el proceso”, manifestó la sobrina.


MUERTE SERENA

El padre Julio César, oriundo de Caazapá, fue párroco en Ybycuí durante 11 años, donde descansan sus restos.


Durante ese tiempo, no sólo se dedicó a la misión litúrgica sino que además promocionó la apertura de caminos, escuelas, colegios y el hospital de la localidad.

Tilda Paredes, hija de la hermana del sacerdote, señaló que la muerte de su tío a los 37 años de edad fue reveladora. “El jueves santo de 1943 ofreció su vida al Seños, que la aceptó, y en julio de ese año falleció”, subrayó.


El sacerdote se contagio de tifus por visitar a un soldado recién llegado a Asunción. Su muerte fue serena.



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