Avanzar en un pacto educativo nacional y priorizar una formación integral que proteja a la familia, la vida y dignidad de las personas, reclamó la Conferencia Episcopal Paraguaya.
Asamblea General Ordinaria de los obispos del Paraguay que se desarrolló del 31 de octubre al 4 de noviembre con la participación de la Conferencia de Religiosos.
“El estado crítico de la educación es innegable, es necesario un plan educativo con principios y valores irrenunciables de nuestra Constitución Nacional, como la dimensión trascendental, la familia, la vida y la dignidad de las personas”, aseguraron los obispos del Paraguay en un mensaje conclusivo luego de la 235° Asamblea General Ordinaria que llevaron a cabo del 31 de octubre al 4 de noviembre, presidida por el primera cardenal del país monseñor Adalberto Martínez Flores.
Luego de cinco días de profunda reflexión los prelados en el comunicado indicaron que uno de los desafíos a los que la sociedad se enfrenta es la problemática económica “por la inflación y la dificultad de encontrar empleo digno y seguro”.
EDUCACIÓN CON VALORES
Ante la propuesta del Estado de avanzar con el Plan Nacional de Transformación Educativa que, entre otras cuestiones, propone impartir la educación desde un enfoque de género dejando en un segundo plano a la familia, los obispos en el documento señalaron que la educación está en un estado crítico y que es urgente que se brinde una enseñanza accesible y de calidad.
Asimismo, propusieron consensuar “un pacto educativo nacional y priorizar una formación integral que prepare a las nuevas generaciones para acompañar y liderar el camino presente y futuro de nuestro país”.
Miembros de la Conferencia Episcopal Paraguaya.
“Es necesario revisar los procesos educativos llevados adelante por el Ministerio de Educación y Ciencias (MEC) y aplicar los principios y valores irrenunciables de nuestra Constitución Nacional, como la dimensión trascendental, la familia, la vida y la dignidad de las personas”, subrayaron.
Del mismo modo, destacaron, alineados a los planteos expresados por la Santa Sede ante las Naciones Unidas que debe existir un “compromiso real con la erradicación de la pobreza, sin comprometer los valores cristianos y observando aquellos puntos en los que la Iglesia disiente en relación con la comprensión antropológica de la identidad, la moral sexual y la salud reproductiva”.
POLÍTICA Y SOCIEDAD
El mensaje de la Conferencia Episcopal Paraguaya reflexionó además sobre otras realidades presentes en la sociedad: tierra y territorio; laicos, política y elecciones nacionales.
El problema de la tierra en relación con los Pueblos Indígenas y asentamientos campesinos duele e indigna a los obispos paraguayos, pues se está despojando “a una gran mayoría de la posibilidad de soñar y desarrollar una vida digna sobre tierras aseguradas legalmente”. Por ello denunciaron los desalojos y violencia de las instituciones del Estados para llevarlos a cabo, reclamando postura firme y coherente con los pueblos indígenas a quienes tienen que respetar sus derechos.
En relación con las elecciones generales del próximo abril, apelaron a una cultura del bien común, a un debate sano y constructivo. Por ello, basados en el proceso sinodal, los obispos afirmaron la importancia del diálogo social, de “mirar hacia objetivos de justicia y paz, caminar juntos, sin dejar a nadie atrás”.
En esa línea llamaron a elegir personas honestas y de servicio a la comunidad y al país, no dejándose cautivar por falsas promesas.
A los laicos los invitaron a ser “fermento de cambio y transformación en la Iglesia y en la sociedad”, y junto con eso a “ser militantes apasionados en la promoción y defensa de la justicia, la verdad y la convivencia fraterna en nuestra sociedad”.
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