El gobierno de Afganistán prohibió que las mujeres estudien y trabajen. Personas salieron a las calles a protestar y fueron reprendidas por las fuerzas estatales.
Mujeres afganas protestan en Kabul en contra de las medidas tomadas por el gobierno.
El gobierno talibán de Afganistán le prohibió el sábado a todas las ONG nacionales e internacionales que contraten mujeres, aduciendo que algunas de ellas no visten correctamente el velo islámico. También prohibió que las mujeres asistan a clases de religión en las mezquitas de la capital, Kabul.
Las prohibiciones son las medidas restrictivas más recientes de los nuevos gobernantes afganos contra los derechos y las libertades de las mujeres. Se producen pocos días después que los talibanes impidan a las mujeres asistir a las universidades de todo el país.
COACCIÓN
La orden contra las ONGs vino en una carta del ministro de Economía, Qari Din Mohammed Hanif, según la cual toda organización que incumpla la normativa perderá su licencia para operar en Afganistán.
El Ministerio aseguró que había recibido “quejas graves” de que mujeres empleadas por las ONGs no estaban vistiendo “correctamente” el velo, llamado hiyab.
REACCIÓN
Naciones Unidas condenó la orden a las ONGs y dijo que buscará reunirse con los líderes talibanes para obtener algo de claridad.
“Quitar el libre albedrío de las mujeres para elegir su propio destino, desempoderarlas y excluirlas sistemáticamente de todos los aspectos de la vida pública y política hace retroceder al país, poniendo en peligro los esfuerzos por cualquier paz o estabilidad significativa en la nación”, consideró la ONU en un comunicado.
Del mismo modo, varios jugadores afganos de cricket —deporte popular del país— condenaron la medida a través de sus redes sociales.
¿ESCLAVITUD MODERNA?
Pese a prometer en un principio un gobierno más moderado que respetara los derechos de mujeres y minorías, el Talibán impuso su interpretación de la ley islámica o sharía desde que asumió el poder en agosto de 2021.
Vedaron a las niñas de la educación intermedia y secundaria, prohibieron que las mujeres trabajen en la mayoría de los empleos y ordenaron que vayan cubiertas de la cabeza a los pies en público. También tienen prohibido entrar en parques y gimnasios. Al mismo tiempo, la sociedad afgana, aunque mayoritariamente tradicional, aceptó de forma progresiva la educación de mujeres y niñas durante las dos últimas décadas.
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