La Virgen María une al país en una peregrinación con un tinte especial y en medio de tensiones políticas.
Más de un millón de personas peregrinan en honor a la Patrona de Argentina.
Argentina es una nación marcada por su profundo amor a la Virgen María, y la peregrinación a Luján es un claro reflejo de ese espíritu. Cada año, millones de fieles de todas partes del país recorren 63 kilómetros desde el barrio porteño de Liniers hasta la basílica de Luján, en un acto de amor y fe hacia la Virgen de Luján, Patrona de la Argentina. Este año, la peregrinación es especialmente significativa, ya que se celebra la 50ª edición de este ritual que perdura por décadas y generaciones.
La caminata es más que un esfuerzo físico; es un gesto de devoción y esperanza. Durante horas, los peregrinos atraviesan calles y rutas, rezando, cantando y compartiendo historias de fe. Bajo el lema "Madre, bajo tu mirada buscamos la unidad", la romería de este año resuena con un mensaje especial en medio de los desafíos actuales que enfrenta el país.
Peregrinos de distintos puntos del país se concentran en el barrio porteño de Liniers, para de allí recorrer 63 kilómetros hasta encontrarse con la Madre.
La Virgen de Luján y la Peregrinación
La historia de la Virgen de Luján se remonta a 1630, cuando una pequeña imagen de la María fue transportada desde Brasil a Argentina. La leyenda cuenta que los bueyes que la llevaban se detuvieron misteriosamente en la orilla del río Luján y se negaron a continuar su camino, interpretado como un signo de la voluntad divina para que la imagen permaneciera allí. Este hecho milagroso marcó el inicio de la devoción a la Virgen de Luján, que con el tiempo se consolidó como la Patrona de la Argentina.
"El enfrentamiento está en el ADN argentino y debemos revertirlo." (Cardenal Jorge García Cuerva)
La peregrinación, por su parte, comenzó oficialmente en 1975, cuando más de 30.000 fieles se reunieron para caminar desde Liniers hasta el santuario de Luján. Desde entonces, esta travesía creció significativamente, convirtiéndose en un evento anual que congrega a personas de todas las edades y rincones del país.
Fe en Tiempos Difíciles
Este sábado 5 de octubre, a las 10 de la mañana, se dio inicio a la 50ª peregrinación con el lema "Madre, bajo tu mirada buscamos la unidad". El arzobispo de Buenos Aires, Jorge García Cuerva, quien realiza su segunda caminata como prelado, destacó la importancia de esta travesía como símbolo de lo que los argentinos buscan: unidad y esperanza.
El cardenal Jorge García Cuerva presente en la 50° peregrinación a la Virgen de Luján. Presidirá la Santa Misa de las 7 en el santuario de Nuestra Señora de Luján.
"Es una gran emoción poder compartir con nuestro pueblo el peregrinar porque, en definitiva, lo que nos convoca es la Virgen", afirmó García Cuerva. "Ojalá como pueblo tengamos la meta de sacar al país adelante", añadió, haciendo referencia a la difícil situación económica y social que atraviesa Argentina.
La peregrinación implica un recorrido de 63 kilómetros y puede llevar entre 12 y 15 horas de caminata. Para facilitar la travesía, se dispusieron 50 puestos sanitarios a lo largo de la Ruta Nacional N°7, con asistencia de voluntarios y puntos de hidratación. También se estableció un hospital de campaña para brindar atención médica a los participantes.
Un Pueblo Que Camina Unido
A lo largo de la caminata, se vive un ambiente de fe y comunidad. Los peregrinos cargan mochilas con alimentos, agua, medicinas y velas para encender durante la madrugada, iluminando su trayecto hacia la Virgen. Los gritos de "¡Viva la Virgen!" resuenan por las rutas, mientras banderas argentinas ondean al viento.
La procesión es una verdadera muestra de la diversidad de Argentina. Personas de todas las edades, de distintas provincias y de diferentes condiciones sociales se unen en esta jornada de fe. "La mirada de María es una mirada que quiere hermanarnos", expresó García Cuerva, resaltando el espíritu de fraternidad y solidaridad que se respira durante la peregrinación.
La Organización y el Cuidado de los Peregrinos
La logística detrás de este evento masivo es impresionante. La Comisión Arquidiocesana de Piedad Popular preparó más de 60 puestos de asistencia para los peregrinos, con instalaciones sanitarias, puntos de hidratación y apoyo médico. La empresa de aguas AySA dispuso de 13 camiones cisterna y varios puntos de distribución de agua potable para los participantes.
Por otro lado, Trenes Argentinos implementó servicios adicionales en el ramal Sarmiento para facilitar el traslado de los peregrinos. Los trenes especiales permiten que miles de personas se unan a la travesía y, al finalizar, regresen a sus hogares.
Una Tradición que Perdura
La primera Peregrinación Juvenil a Luján ocurrió un 25 de octubre de 1975, y desde entonces, se mantuvo como una de las manifestaciones religiosas más importantes del país. En cada edición, la fe se renueva y las plegarias se multiplican. Los organizadores destacan que el acto de caminar juntos hacia Luján representa un gesto de amor y devoción que supera barreras y unifica al pueblo argentino.
Esta 50ª edición rinde homenaje a esa historia de fe con un gesto simbólico: se entregará un cuadro a la Virgen de Luján que contiene los afiches de la primera peregrinación y de esta edición especial. Además, se leerá una oración que representa los frutos de medio siglo de peregrinar en comunidad.
La Misa de Cierre y Reflexión
El cierre de la peregrinación tendrá lugar el domingo por la mañana, con la misa principal en la Plaza Belgrano frente a la Basílica de Luján. Será presidida por monseñor García Cuerva, quien invita a todos los fieles a reflexionar sobre la importancia de la unidad en la sociedad. "El enfrentamiento está en el ADN argentino y debemos revertirlo", expresó el purpurado, recordando la necesidad de diálogo y fraternidad en un país marcado por las divisiones.
Durante la jornada, las velas encendidas a lo largo del camino simbolizarán las intenciones y los deseos de cada peregrino. A través de la fe y la devoción a la Virgen, los caminantes buscan encontrar consuelo, fortaleza y esperanza para enfrentar los desafíos que se avecinan.
Momento que la imagen peregrina de la Virgen sale en procesión camino a Luján.
Una Peregrinación Que Trasciende
La 50ª peregrinación a Luján no solo es un acto religioso, sino también un llamado a la unidad y a la solidaridad en tiempos difíciles. Representa un vínculo inquebrantable entre el pueblo argentino y la Virgen, una figura maternal que acompaña a generaciones en momentos de alegría y dolor.
Como cada año, la marcha hacia Luján se convierte en un viaje espiritual, una expresión de amor y un acto de fe que une corazones y esperanzas. La devoción a la Virgen de Luján, Patrimonio espiritual de Argentina, sigue viva y palpitante, renovando el compromiso de construir un país más justo y solidario.
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