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La Semana que Nos Juzga

  • Foto del escritor: Canal Vida
    Canal Vida
  • hace 15 horas
  • 4 Min. de lectura
No es solo una semana litúrgica. Es una batalla espiritual. Cada día de la Semana Santa habla, juzga, exige una decisión. Desde las palmas del Domingo hasta la luz de la Pascua, hay una pregunta que arde: ¿de qué lado estás? Este artículo te invita a vivir la Semana Mayor desde el “lado real”, donde no hay costumbre ni turismo espiritual, solo cruz, silencio, sangre… y resurrección.
 
Semana Santa
Semana Santa, la semana de la introspección.

Cada año llega. Cada año la vemos pasar. Palmas, misas, viacrucis, huevos de Pascua, feriados, turistas, agendas religiosas. Todo suena familiar. Pero, ¿y si la Semana Santa no fuera solo una conmemoración? ¿Y si esta semana no fuera solo un calendario litúrgico sino un espejo? Uno que nos pone frente a nosotros mismos, frente a Dios y frente al destino eterno.


Semana Santa no es solo memoria. Es un juicio. Y cada día de esta semana habla. Cada gesto de Cristo en su camino a la cruz no fue solo salvación: fue una pregunta lanzada al alma humana: “¿Vos de qué lado estás?”

 
Pedro Kriskovich
 
DOMINGO DE RAMOS: PALMAS QUE CORTAN

Ese día no es solo entrada triunfal. Es la contradicción de un pueblo bipolar: el mismo que aclamó "¡Hosanna!" gritará "¡Crucifícalo!" cinco días después.


Vivir espiritualmente el Domingo de Ramos no es solo agitar ramas. Es preguntarme si yo también cambio de discurso cuando el Cristo que entra no cumple mis expectativas. Si mi fe aplaude cuando todo va bien, pero reniega cuando hay cruz.


Jesús
Entrada triunfal de Jesús.
LUNES SANTO: EL DÍA QUE EL TEMPLO TEMBLÓ

Jesús entra al templo y arrastra las mesas de los cambistas. No bendice. No acaricia. Rompe. Se indigna. Porque la fe vacía, corrupta o comodónamente comercial, lo irrita más que el pecado del mundo.


El Lunes Santo es para revisar mi propio templo interior. Mi corazón, mi culto, mi oración. ¿Es auténtico o negocio emocional? ¿Hay fe o solo superstición con formas bonitas?


jESÚS
Jesús saca a los mercaderes de la religión.
MARTES SANTO: MIRADAS QUE QUIEBRAN

Jesús está rodeado de traidores. Pero también de silencios. El Martes Santo es el día de las miradas que no se cruzan. Judas ya trama, Pedro ya niega. Y el Maestro lo sabe.


Espiritualmente, es un llamado a detectar dónde traiciono yo. A quién entrego por miedo, conveniencia o cobardía. Y si tengo el valor de mirar a Cristo a los ojos y decirle la verdad.


Jesús
¿Miramos a Cristo a los ojos o no nos atrevemos porque lo traicionamos?
MIÉRCOLES SANTO: CUANDO EL DIABLO NEGOCIA

Judas pacta. El precio ya está puesto. Treinta monedas. Un contrato. Una traición planificada.

Este día nos pregunta: ¿Cuál es el precio por el que yo también vendo a Cristo? Una opinión ajena, un puesto, un deseo, una adicción, un atajo. Siempre hay monedas sobre la mesa.


Espiritualmente, el Miércoles Santo es para detectar mis pactos con el mal. Aquellos pequeños "acuerdos" que hago para callar la verdad.


Judas
Judas lo entrega. ¿Nosotros entregamos a Jesús a diario?
JUEVES SANTO: LA NOCHE MÁS LARGA

Jesús lava los pies. Parte el pan. Llora en el huerto. Es abandonado. Y besado para ser arrestado.


Este día está hecho de contrastes. El amor más alto y la soledad más oscura.


Jesús
Jesús se entrega al prójimo en esa noche y se prepara para la Pasión.

Vivirlo bien es quedarse. Acompañar. No como espectador, sino como quien sabe que esa angustia también es por uno. Que en Getsemaní, el sudor de sangre también tiene mi nombre.


Espiritualmente, el Jueves es el día de la intercesión. De orar, de callar, de mirar el Sagrario como quien mira a un Amigo herido.

 
GIN
 
VIERNES SANTO: EL GRITO QUE PARTE LA HISTORIA

El día del silencio. De la cruz. De la sangre. El día en que la tierra tembló porque matamos al Hijo de Dios.


Espiritualmente, es el día para dejar de justificarnos. Para llorar. Para pedir perdón. Para dejar caer la careta. Y decir: "Soy parte de los que gritaron crucifícalo".


Pero también es el día en que el Amor no se rindió. Que, incluso desangrado, Jesús sigue diciendo: "Perdónalos".


Jesús

SÁBADO SANTO: EL DÍA DEL GRAN SILENCIO

No hay misa. No hay ruido. Solo sepulcro. Solo espera. Solo fe pura.


Espiritualmente es el día de quienes esperan cuando todo parece perdido. De los que no sienten nada pero igual creen. De los que lloran, pero no huyen.


Es el día del luto de María. Y del milagro que se cocina en silencio.

 
cASA bETANIA
 
DOMINGO DE PASCUA: LA TUMBA VACÍA. Y LA PREGUNTA ESTÁ LLENA.

No hay cuerpo. Hay luz. No hay muerte. Hay canto. Pero el Evangelio dice: "¡No está aquí!"


Y eso también es una pregunta: ¡¡Y vos, ¡dónde estás? ¡¡Estás todavía llorando ante una tumba vacía o ya saliste a anunciar que Él vive?


Vivir espiritualmente la Pascua no es solo cantar Aleluya. Es vivir distinto. Es resucitar también en tu historia.


jESÚS

SEMANA SANTA: ESPEJO DE FUEGO

Esta semana no es solo liturgia. Es una hoguera. Una prueba. Una espada que divide.

El lado B de la Semana Santa no es oculto. Es simplemente ignorado. Porque nos obliga a dejar de mirar la cruz desde lejos y acercarnos hasta que nos salpique la sangre.

Esta semana no es solo para llorar por Jesús. Es para preguntarnos: Él murió por mí... ¿y yo, por qué vivo?

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