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La santa de los pobres y olvidados

A 25 años de la partida a la Casa del Padre de la Madre Teresa de Calcuta, el legado de la fundadora de la Orden de las Misioneras de la Caridad sigue vigente. "Ama hasta que duela, si duele es buena señal", manifestó la santa que entregó su vida por el Señor y el prójimo.
 

La santa Madre Teresa de Calcuta, que entregó su vida por los más pobres entre los pobres, nació el 26 de agosto de 1910 en Uskub (ciudad que en aquella época pertenecía a Albania) con el nombre Gonxha Agnes.


Su padre falleció cuando ella tenía 8 años de edad, y esa muerte dejó a la familia en una gran estrechez financiera.


“Un sacrificio, para ser verdadero, tiene que costar, tiene que doler, tiene que vaciarnos de nosotros mismos.” (Santa Madre Teresa de Calcuta)
 
 

VIDA CONSAGRADA

A los 18 años, animada por el deseo de hacerse misionera, Gonxha dejó su casa en septiembre de 1928 para ingresar al Instituto de la Bienaventurada Virgen María, conocido como Hermanas de Loreto, en Irlanda, donde recibió el nombre de hermana María Teresa (por santa Teresa de Tisieux).


“El fruto del silencio es la oración, el fruto de la oración es la fe, el fruto de la fe es el amor, el fruto del amor es el servicio, el fruto del servicio es la paz.” (Santa Madre Teresa de Calcuta)

El 24 de mayo de 1937 hizo su profesión perpetua convirtiéndose, como ella misma dijo, en “esposa de Jesús” para “toda la eternidad”. Desde ese momento se la llamó Madre Teresa y fue destinada a la comunidad de Loreto Entally en Calcuta (India) donde ingresó a enseñar en la escuela St. Mary, convirtiéndose en directora del centro en 1944.


La Madre Teresa de Calcuta en uno de los encuentros que mantuvo con su amigo san Juan Pablo II.


LLAMADA DENTRO DE LA LLAMADA

El 10 de septiembre de 1946, durante un viaje de Calcuta a Darjeeling para realizar su retiro anual, Madre Teresa recibió su “inspiración,” su “llamada dentro de la llamada”.


Ese día, de una manera que nunca explicaría, la sed de amor y de almas se apoderó de su corazón y el deseo de saciar la sed de Jesús se convirtió en la fuerza motriz de toda su vida.

“Cuando un pobre muere de hambre, no sucede porque a Dios no le importe él o ella. Sucede porque ni tú ni yo le dimos a esa persona lo que necesitaba.” (Santa Madre Teresa de Calcuta)

Durante las sucesivas semanas y meses, mediante locuciones interiores y visiones, el Señor le pidió a Madre Teresa que fundase una congregación religiosa, Misioneras de la Caridad, dedicadas al servicio de los más pobres entre los pobres.


Pasaron casi dos años de pruebas y discernimiento antes de que Madre Teresa recibiese el permiso para comenzar. El 17 de agosto de 1948 se vistió por primera vez con el sari blanco orlado de azul y atravesó las puertas de su amado convento de Loreto para entrar en el mundo de los pobres.

 
 

NUEVA CONGREGACIÓN

El 7 de octubre de 1950 fue establecida oficialmente en la arquidiócesis de Calcuta la nueva congregación de las Misioneras de la Caridad.


Al inicio de los años 70, Madre Teresa comenzó a enviar a sus hermanas a otras partes de la India. El Decreto de Alabanza, concedido por Pablo VI a la congregación en febrero de 1965, animó a Madre Teresa a abrir una casa en Venezuela. Esta fue seguida rápidamente por las fundaciones de Roma, Tanzania y, sucesivamente, en todos los continentes.

“El silencio de la boca nos enseñará muchísimas cosas: a hablar con Cristo; a estar alegres en los momentos de desolación; a descubrir muchas cosas prácticas para decir.” (Santa Madre Teresa de Calcuta)

Comenzando en 1980 y continuando durante la década de los años 90, Madre Teresa abrió casas en casi todos los países comunistas, incluyendo la antigua Unión Soviética, Albania y Cuba.


Santa Teresa de Calcuta siempre le dedicaba unos minutos a su Madre.


OTRAS FUNDACIONES

Para responder a las necesidades físicas y espirituales de los pobres, fundó los Hermanos Misioneros de la Caridad en 1963, en 1976 la rama contemplativa de las Hermanas, en 1979 los Hermanos Contemplativos y en 1984 los Padres Misioneros de la Caridad.


Sin embargo, su inspiración no se limitó solamente a aquellos que sentían la vocación a la vida religiosa. Creó los Colaboradores de Madre Teresa y los Colaboradores Enfermos y Sufrientes, personas de distintas creencias y nacionalidades con los cuales compartió su espíritu de oración, sencillez, sacrificio y su apostolado basado en humildes obras de amor.


“La oración ensancha el corazón, hasta hacerlo capaz de contener el don de Dios. Sin Él, no podemos nada.” (Santa Madre Teresa de Calcuta)

Este espíritu inspiró posteriormente a los Misioneros de la Caridad Laicos. En respuesta a las peticiones de muchos sacerdotes, Madre Teresa inició también en 1981 el Movimiento Sacerdotal “Corpus Christi” como un “pequeño camino de santidad” para aquellos sacerdotes que deseasen compartir su carisma y espíritu.

 
 

MUNDIALMENTE RECONOCIDA

Durante estos años de rápido desarrollo, el mundo comenzó a fijarse en Madre Teresa y en la obra que ella había iniciado.

Numerosos galardones, comenzando por el Premio Indio Padma Shri en 1962 y de modo mucho más notorio el Premio Nobel de la Paz en 1979, hicieron honra a su obra.


“Ama hasta que te duela. Si te duele es buena señal” (Santa Madre Teresa de Calcuta)

Los niños más necesitados, la prioridad de la Madre Teresa.


NOCHE OSCURA EN SU ALMA

Oculta a todas las miradas, oculta incluso a los más cercanos a ella, su vida interior estuvo marcada por la experiencia a la que ella misma llamó “noche oscura del alma”, que comenzó más o menos cuando dio inicio a su trabajo con los pobres y continuó hasta el final de su vida, conduciendo a santa Madre Teresa a una siempre más profunda unión con Dios.

“Darle a alguien todo tu amor nunca es seguro de que te amarán de regreso; solo espera que el amor crezca en el corazón de la otra persona, pero si no crece, sé feliz porque creció en el tuyo.” (Santa Madre Teresa de Calcuta)

En 1997 las hermanas de Madre Teresa contaban casi con 4.000 miembros y se habían establecido 610 fundaciones en 123 países del mundo. El 5 de septiembre, la vida terrena de Madre Teresa llegó a su fin.

 
 

MILAGRO DE BEATIFICACIÓN

San Juan Pablo II la proclamó beata en 2003 ante la atenta mirada de 300.000 personas en la plaza San Pedro.


Si bien la beatificación ya había sido considerada con su muerte, fue en 1998 cuando un suceso inexplicable se la otorgó casi automáticamente. Mónica Besra, que tenía un tumor en el abdomen, sanó el 5 de septiembre de ese mismo año después de que una de las hermanas que la cuidaba colocase sobre su abdomen una imagen de la Virgen María, que antes había estado sobre la túnica de la Madre Teresa.



MILAGRO DE CANONIZACIÓN

Aunque la comunidad cristiana afirma que fueron muchos los milagros que realizó la monja albanesa, el hecho que finalmente elevó a los altares a santa Teresa es el reconocimiento por parte de Francisco de otro de los milagros.


“Hay cosas que te encantaría oír, que nunca escucharás de la persona que te gustaría que te las dijera, pero no seas tan sordo para no oírlas de aquel que las dice desde su corazón.” (Santa Madre Teresa de Calcuta)

En 2008 un hombre brasileño que se encontraba en fase terminal por graves problemas cerebrales, salvó su vida por la intercesión de Madre Teresa, después de que su mujer la invocara. Al regresar al quirófano, según recoge el diario “Avvenire”, el doctor que lo trataba se encontró al paciente sentado, asintomático, despierto, perfectamente consciente y preguntándose qué hacía ahí.


El médico explicó durante la fase de estudio del milagro que no vio “nunca un caso como este” y que todos los pacientes similares que trató en sus 17 años de profesión fallecieron.


El Papa la proclamó santa el 4 de septiembre de 2016.

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