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La mentira que incendió iglesias

  • Foto del escritor: Canal Vida
    Canal Vida
  • hace 1 día
  • 2 Min. de lectura
Una denuncia sin cuerpos, millones dilapidados y 112 iglesias destruidas. Canadá cierra en silencio una de las historias más escandalosas del último tiempo: ninguna excavación confirmó las tumbas que desataron el odio. La fe fue el blanco. Y la verdad, la gran ausente.
 
Canadá
En Canadá la Iglesia sufrió la persecución y el repudio por una acusación falsa financiada por el Gobierno de ese país.

Millones gastados. Ningún cuerpo hallado. 112 iglesias destruidas. Y ahora, silencio oficial. Lo que comenzó como una denuncia devastadora en 2021 —la supuesta existencia de 215 tumbas sin marcar de niños indígenas en una antigua escuela católica en Kamloops— terminó en uno de los escándalos más controversiales y politizados de los últimos años.

 
Kriskovich
 

La historia se remonta a las escuelas residenciales para indígenas, un sistema impuesto por el gobierno canadiense entre fines del siglo XIX y 1996, supuestamente para “asimilar” a los pueblos originarios. Muchas de estas instituciones eran administradas por cultos, principalmente la Iglesia Católica, bajo mandato estatal. En ese contexto, se denunció que cientos de niños indígenas habrían sido maltratados, ocultados y enterrados en secreto tras morir en condiciones sospechosas, lo que llevó a hablar de “entierros clandestinos” y crímenes sistemáticos encubiertos por la Iglesia. Sin embargo, tras tres años de excavaciones e investigaciones, ni un solo cuerpo fue hallado.


Escuelas residenciales
Escuelas residenciales católicas, en las que iban niños indígenas, funcionaron desde 1880 a 1996..
PRESUPUESTO ESTATAL MILLONARIO PARA UNA INVESTIGACIÓN SIN SUSTENTO

Con base en imágenes de radar (y sin excavaciones que confirmaran restos humanos), la versión fue amplificada por medios, políticos y activistas. El gobierno canadiense destinó más de 216 millones de dólares para investigar los hechos.


Papa Francisco
Francisco, en el viaje pastoral que realizó en 2022 a Canadá, se disculpó por el "mal" que su Iglesia causó a los pueblos indígenas durante décadas de abusos en internados católicos para niños. Pero tres años después, las investigaciones no arrojaron resultados y no se encontraron las supuestas tumbas.

¿El resultado? Cero pruebas. Ni un solo cuerpo hallado. Pero mientras tanto, 112 iglesias fueron atacadas en todo el país: pintadas, profanadas, incendiadas. Algunas en zonas rurales, otras en el corazón de comunidades indígenas. El catolicismo fue el blanco favorito.


Y la ira, aunque sin evidencia sólida, fue alimentada desde las más altas esferas: el primer ministro Justin Trudeau insistió públicamente en que las tumbas existían, incluso años después del inicio del caso.

 
GIN
 
HUMILLARON A LA IGLESIA Y NO LE PIDIERON PERDÓN

Ahora, el Gobierno retiró silenciosamente la financiación. El comité nacional expresó su “profunda decepción”, pero el daño ya está hecho: una generación marcada por una narrativa construida sin pruebas arqueológicas.


escuelas católicas

¿Quién repara ahora el dolor de las comunidades católicas perseguidas? ¿Quién pide perdón por las capillas destruidas? La historia merece justicia, pero también verdad. Y cuando esta se construye sobre suposiciones, el resultado es trágico: odio, miedo, violencia… y ninguna tumba confirmada.


Canadá aún debe responder. No solo por los niños indígenas, sino por los cristianos que fueron víctimas colaterales de una verdad convertida en consigna política.

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