La familia tiene la misión de instaurar valores a una sociedad que necesita acercarse al Señor, señaló el Papa en su alocución en el X Encuentro Mundial de las Familias. Indicó que la Iglesia debe acompañar a las familias en las dificultades y pidió a estas a no alejarse de Dios a pesar de las tempestades.
Matrimonios destruidos post pandemia, familias desmembradas por la guerra y las migraciones, infidelidades, rencores, dolores profundos… Lágrimas, misericordia, perdón, amor… Y Dios como eje en la reconciliación de cada persona consigo misma y el prójimo.
Ese vaivén de sensaciones transmitieron las distintas personas que abrieron su corazón para brindar testimonios sobre la vida en el seno de la célula básica de la sociedad, que el Papa escuchó atentamente y calificó de “amplificadores” de lo que experimentan otras familias en el mundo: “las mismas alegrías, inquietudes, sufrimientos y esperanzas”, indicó el Pontífice en la apertura del X Encuentro Mundial de las Familias que se desarrolla del 22 al 26 de junio en Roma (Italia).
DIOS, EL CAMINO
Francisco en su alocución de inicio del congreso que lleva por lema "El amor familiar: vocación y camino de santidad", exhortó las familias a dejarse transformar por el Señor, a "vivir con la mirada puesta en el Cielo", y afrontar todo lo que se presente, bueno y malo, alegrías y tristezas, “mirando siempre hacia arriba".
Ante más de 2.000 personas congregadas en el aula Pablo VI, reflexionó sobre la parábola del buen samaritano que encuentra a un hombre herido en la calle, se acerca a él, se hace cargo y le ayuda a seguir su camino; y pidió que sea la Iglesia para las familias, como el “buen samaritano”, para ayudarlas a continuar el camino, a dar un paso más, aunque sea pequeño.
IR AL MATRIMONIO SIN MIEDO
Luigi y Serena, fueron el primer testimonio del Encuentro Mundial de las Familias. (Fotografía: Vatican Media)
El amor conyugal no es un camino que se hace solo, sino junto al Señor, y recordando el primer testimonio brindado por Luigi y Serena y su miedo a casarse, Jorge Bergoglio destacó que “la vida familiar no es una misión imposible”, y con la gracia del Sacramento del Matrimonio, “Dios hace que sea un viaje maravilloso que se hace junto a Él, nunca solo”.
En otro pasaje de su alocución el vicario de Cristo señaló que el matrimonio no es una formalidad que hay que cumplir, por el contrario, primero y principal cuando un hombre y una mujer se enamoran, Dios les ofrece un regalo: el matrimonio. “Un don maravilloso, que tiene en sí la fuerza del amor divino: fuerte, duradero, fiel, capaz de recuperarse después de cada fracaso o fragilidad”, subrayó, al tiempo que manifestó que “uno se casa porque quiere basar el matrimonio en el amor de Cristo, que es firme como una roca”.
“En el matrimonio, Cristo se entrega a ustedes, para que tengan la fuerza de entregarse el uno al otro”, afirmó.
ABRAZAR LA CRUZ CON FE
Padre de Chiara Corbello.
El acercamiento a Dios tiene distintos caminos y cada uno su misterio, es un sendero a la santidad, el cual testimoniaron los padres de Chiara Corbella (1984-2012), quien murió de cáncer y cuya vida de fe profunda llevó en 2018 a la apertura de su causa de beatificación.
El dolor profundo vivido por sus papás y hermana es la cruz que les tocó llevar, indicó el sucesor de Pedro, la cual no destruyó a la familia y no quitó la serenidad y la paz de sus corazones.
La muerte de Chiara les abrió una ventana a la eternidad, los liberó del dolor y les enseñó los misteriosos designios de Dios para caminar a la santidad.
EL PERDÓN SANA
Un matrimonio de la República Democrática del Congo, Paul y Germaine, testimonió sus vicisitudes, la infidelidad, el mal uso del dinero, los ídolos del poder y la carrera, el resentimiento, que pusieron en crisis a la familia, a la ruptura inminente con los daños que ello provoca.
El esfuerzo de cada uno, la introspección, la ayuda externa, la fe en Dios reconvirtió ese dolor en esperanza.
“Paul dijo que, en el momento más oscuro de la crisis, el Señor respondió al deseo más profundo de su corazón y salvó su matrimonio. Esto es así. El deseo que hay en lo más profundo del corazón de todos es que el amor no se acabe, que la historia construida junto a la persona amada no llegue a su fin, que los frutos que generaron no se desperdicien”, aseguró el sucesor de Pedro y manifestó que “por eso se sufre mucho cuando los fallos, la negligencia y los pecados humanos arruinan un matrimonio”. “Incluso en medio de la tormenta, Dios ve lo que hay en el corazón”, subrayó.
“Ver a una familia que se rompe es un drama que no puede dejarnos indiferentes”, reflexionó Francisco y explicó que en esas circunstancias “la sonrisa de los cónyuges desaparece, los hijos están confundidos, la serenidad de todos se desvanece, y la mayoría de las veces no se sabe qué hacer”.
UNA FAMILIA DESTRUIDA Y UNA LUZ DE ESPERANZA
Iryna y Sofía, madre e hija, respectivamente, huyeron de Ucrania por la guerra, pero no perdieron la esperanza y vieron como Dios obró a través de personas desconocidas que les abrieron las puertas y el corazón para acogerlas.
“La guerra las puso frente al cinismo y a la brutalidad humana, pero también encontraron personas de gran humanidad. ¡Lo peor y lo mejor del hombre! Es importante para todos no quedarse fijados en lo peor, sino valorar lo mejor, el mucho bien que es capaz de hacer todo ser humano, y volver a partir de allí”, destacó Bergoglio.
También agradeció a Pietro y Erika, por recibir a Iryna y Sofía, y hacerlas parte de su familia numerosa.
"Se piensa que en una casa donde ya son muchos sea más difícil acoger a otros; en cambio, en la realidad no es así, porque las familias con muchos hijos están entrenadas para hacer espacio a los demás", expresó.
El Papa indicó que el acoger es parte de la identidad de la familia, mientras que en contextos anónimos se rechaza al más débil, en las familias, en cambio, se los acoge, se los protege: "un hijo con discapacidad, una persona anciana que necesita cuidados, un pariente en dificultad que no tiene a nadie. Esto da esperanza. Las familias son lugares de acogida y qué problema sería si faltaran. Una sociedad sin familias acogedoras se volvería fría e invivible”.
DOLOR TRANSFORMADO EN AMOR
Zakia Seddiki, viuda del embajador Luca Attanasio, asesinado en el Congo en 2021, reflejó un amor auténtico que permanece siempre vivo.
"En Zakia y Luca –dijo elPapa- encontramos la belleza del amor humano, la pasión por la vida, el altruismo y también la fidelidad al propio credo y a la tradición religiosa, fuente de inspiración y de fuerza interior”.
“El ideal de la fraternidad se expresa en su familia. Además de ser esposos, han vivido como hermanos en humanidad, como hermanos en experiencias religiosas diferentes, como hermanos en el compromiso social”, manifestó el Obispo de Roma e indicó que la familia es una escuela en la que aprende a ser hermanos a pesar de las diferencias, “a superar las divisiones, los prejuicios, las cerrazones y a construir juntos algo grande y hermoso, partiendo de lo que tenemos en común”.
PRESENCIAS
En las jornadas del Encuentro Mundial de las Familias el Papa tendrá dos participaciones más: oficiará la misa el sábado 25 a las 17.15 (hora de Roma) en la plaza San Pedro y al día siguiente al mediodía dará el mandato a las familias y concluirá el congreso.
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