La corona de María con el proyectil que impactó en san Juan Pablo II.
San Juan Pablo II frente a la Virgen de Fátima.
Todos los años millones de peregrinos se acercan hasta el santuario de Nuestra Señora de Fátima, en Portugal, para venerar a la Madre que el 13 de mayo en 1917 se apareció por primera vez —fueron seis— a tres niños: Lucía, Francisco y Jacinta.
Los tres pastorcitos (izq. a der.): Lucía Dos Santos (10), Francisco Marto (9) y Jacinta Marto (7).
En cada uno de esos encuentros con la advocación mariana, que toma el nombre de la pequeña localidad que en aquel momento tenía 2.500 habitantes, le fue haciendo pedidos que debían transmitir y revelaciones sobre sucesos.
Uno de esos mensajes fue mantenido en secreto durante 83 años y revelado el 13 de mayo del 2000 en Fátima durante la beatificación de Francisco y Jacinta, donde sorprendió a más de medio millón de feligreses al contar la tercera profecía que hablaba de un “Obispo de blanco” que “subía a una montaña empinada, en cuya cumbre había una gran cruz de maderos toscos”, donde resultaba “muerto por un grupo de soldados que le disparaban varios tiros de arma de fuego y flecha”.
Ese mismo día el Papa polaco también cumplía un aniversario, el de su atentado perpetrado por el turco Ali Agca, que le disparó hiriéndole la mano, brazo y abdomen. La profecía, parece ser, hablaba de él.
SALVADO POR LA VIRGEN
El “Papa peregrino” recorría la plaza San Pedro saludando a los miles de peregrinos congregados para presenciar la audiencia pública cuando de repente, en ese 13 de mayo de 1981, se escucha una detonación y Juan Pablo II cae desvanecido.
Agca le disparó hiriéndolo gravemente, pero allí “el manto” de la Virgen de Fátima lo salvó.
Juan Pablo II es socorrido por la custodia. (Fotografía: Vatican News)
En agradecimiento a María el santo polaco acudió el 13 de mayo de 1982 al santuario de Fátima para dar gracias a la Madre, y como ofrenda le depositó en su corona una de las balas que lo hirió.
Proyectil extraído del cuerpo de Juan Pablo II y colocado en la corona de la Virgen de Fátima.
Pero ese día, María lo volvería a salvar: cuando se dirigió a la parte del altar central para bendecir a los fieles, un grupo de policías logró inmovilizar al sacerdote español Juan María Fernández y Krohn que portaba una bayoneta de 37 centímetros con la que trató de apuñalar al Papa.
LA MANO DE MARÍA
San Juan Pablo II se reunió con Alí Agca en la cárcel, conversó con él y perdonó que lo haya querido matar.
Casi dos años y siete meses después del atentado sufrido en la plaza San Pedro, Juan Pablo visitó en la cárcel a Alí Agca.
El encuentro fue para perdonarlo, tal como anticipó cuando estaba internado producto del intento de asesinato.
Según narran las crónicas de la época, Agca le preguntó “por qué no murió”, a los que Karol Wojtyla respondió: “una mano disparó, otra mano desvió la bala”, refiriéndose a que la Virgen de Fátima lo salvó.
ORACIÓN
El Papa Francisco visitó Fátima en el marco del centenario de la primera aparición de la Virgen.
En el día de la Virgen de Fátima, el Papa Francisco, a través de Twitter, dedicó una oración a esta advocación mariana.
"Santa María, Virgen de Fátima, nos encomendamos a tu Corazón, nosotros, tus hijos queridos a los que nunca te cansas de visitar e invitar a la conversión. Tú sabes cómo desatar los nudos de nuestro corazón y de nuestro tiempo. Ponemos nuestra confianza en ti.
Madre nuestra, Virgen de Fátima, que a través de ti la Divina Misericordia se derrame sobre la tierra, y el dulce latido de la paz vuelva a marcar nuestras jornadas.
Vuelve a traernos la armonía de Dios. Haz de nosotros artesanos. De comunión. Guíanos por los senderos de la paz. Amén".
Comments