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Jóvenes en Caacupé: ¡Basta de Privilegios y Corrupción!

Un manifiesto contundente que cuestiona las injusticias y dos homilías que llaman a la acción marcan el tercer día del novenario a la Virgen de Caacupé, reflejando la lucha de los jóvenes paraguayos por un futuro mejor.
 
Peregrinación Juvenil

Portadores de esperanza: jóvenes llegan con la cruz peregrina a la explanada de Caacupé, simbolizando su fe y compromiso con un Paraguay más justo y fraterno. (Fotografía: Facebook / Basílica Santuario Nuestra Señora de los Milagros de Caacupé)


Cientos de jóvenes se congregaron ayer en la explanada de la basílica de Caacupé luego de participar en la tradicional peregrinación nacional en honor a la Virgen de los Milagros. El evento, cargado de fervor y esperanza, culminó con la lectura de un manifiesto que se convirtió en el epicentro de reflexiones y reclamos sociales.


En el texto, los jóvenes denunciaron la corrupción, el nepotismo y la crisis de los servicios públicos, describiendo un sistema que los obliga a luchar contra un futuro incierto. “Nos duele despedir del país a talentosos profesionales que emigran por falta de oportunidades, sometidos a humillaciones en tierras extranjeras”, afirmaron.


"El nepotismo y la corrupción nos roban el futuro: no somos los 'hijos de', pero merecemos las mismas oportunidades que quienes se benefician de apellidos privilegiados y redes de poder." — Manifiesto Juvenil

Del mismo modo, criticaron también la precariedad del transporte público, el mal estado de las rutas y la falta de inversión en educación, mientras destacaron el compromiso de los jóvenes que, a pesar de todo, luchan por un Paraguay más justo.


“Hay una realidad de angustias y horizontes cerrados que golpea a nuestros jóvenes: el aumento del consumo de drogas, el desempleo y la falta de acceso a empleos dignos.” — Mons. Pedro Jubinville

El manifiesto, cargado de un mensaje de esperanza, concluyó con un llamado a la acción: “Somos la Juventud de Cristo, portadora de esperanza. No nos rendiremos ante la adversidad”.

 
Pedro Kriskovich
 
Jubinville: “Escuchar, escuchar, escuchar con compasión”

La misa de las 19, presidida por monseñor Pedro Jubinville, obispo de San Pedro Apóstol, estuvo dedicada a los desafíos que enfrenta la juventud paraguaya. En su homilía, destacó el papel de los jóvenes como protagonistas de un futuro mejor, pero no esquivó los temas espinosos que afectan a esta generación.


“Hay una realidad de angustias y horizontes cerrados que golpea a nuestros jóvenes: el aumento del consumo de drogas, el desempleo y la falta de acceso a empleos dignos”, subrayó. Citó estadísticas alarmantes sobre la salud mental y el suicidio juvenil en Paraguay, instando a la sociedad a ofrecer apoyo y escucha activa.


"Las calles son trampas mortales, el transporte público una burla subsidiada, y los hospitales un reflejo de la indiferencia hacia los más vulnerables. ¿Hasta cuándo?" — Manifiesto Juvenil

“Los adultos deben estar presentes, no para dominar la conversación, sino para ayudar a los jóvenes a contar sus historias. Escuchar, escuchar, escuchar con compasión”, afirmó el prelado, destacando la importancia del acompañamiento y la empatía para descubrir los talentos y sueños de la juventud.


Jubenville

"La juventud no es solo farra y sonrisas, también enfrenta angustias y desafíos", afirmó mons. Jubinville, llamando a los adultos a escuchar y acompañar a los jóvenes con compasión.


Valenzuela: “No renuncien a sus ideales”

En la homilía de la mañana, monseñor Edmundo Valenzuela, arzobispo emérito de Asunción, reflexionó sobre los sueños y desafíos de los jóvenes. Con palabras que resonaron profundamente entre los presentes, Valenzuela instó a la juventud a no rendirse ante las dificultades.


“Los jóvenes sueñan con un país más justo, con autoridades honestas y responsables. Pero cuando las instituciones fallan, los sueños se truncan y el desencanto se apodera de ellos”, expresó.


Asimismo, hizo un llamado a no caer en la resignación: “No basta con criticar. Es hora de involucrarse en la construcción de un Paraguay más solidario y humano”.

El arzobispo enfatizó la necesidad de volver a Dios como fuente de fortaleza y guía en tiempos difíciles: “Sin Dios no hay esperanza verdadera, no hay alegría auténtica ni futuro”.


Vakenzuela

"No basta con criticar, es hora de involucrarse y construir un país más justo", destacó mons. Edmundo Valenzuela, animando a los jóvenes a no renunciar a sus ideales y mantener viva la fe.


Una juventud que no se resigna

El tercer día del novenario a la Virgen de Caacupé se convirtió en un espacio de encuentro, denuncia y reflexión. Las palabras de Jubinville y Valenzuela se sumaron al manifiesto juvenil para delinear un panorama en el que la esperanza no es solo una virtud cristiana, sino un llamado urgente a la acción.

 
Casa Betania
 

Con su manifiesto, los jóvenes dejaron claro que no son una generación pasiva. A pesar de los desafíos, su compromiso con la justicia, la inclusión y la construcción de un Paraguay mejor sigue siendo inquebrantable. “La juventud no balconea la vida; la vive con pasión y esperanza porque Cristo vive y nos quiere vivos”, concluyeron.


En un país marcado por las desigualdades y las luchas cotidianas, el mensaje de Caacupé es claro: la fe y el compromiso son las herramientas para transformar realidades y construir un futuro donde reine la justicia, la paz y la esperanza.

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