El Santo Padre se pronunció en contra de las atrocidades cometidas por Rusia y el gobierno de ese país se molestó.
Durante los nueve meses que lleva la guerra, Francisco evitó condenar directamente a Moscú por temor a provocar el antagonismo de la Iglesia Ortodoxa Rusa.
El gobierno de Vladimir Putin presentó una protesta formal contra la condena reciente de Francisco por las atrocidades en Ucrania, donde achacó a chechenos y otras minorías la mayor parte de esos actos en un aparente intento de excluir de sus críticas a las tropas étnicas rusas.
El embajador del Kremlin en la Santa Sede, Alexander Avdeev, dijo a la agencia noticiosa RIA Novosti que se reunió el lunes con un funcionario del Vaticano para expresar su “indignación” por las declaraciones del Papa publicadas el lunes como parte de una entrevista con la revista jesuita América.
En el reportaje el Santo Padre defendió su renuencia a criticar personalmente al presidente Vladimir Putin. Dijo que evidentemente Ucrania era la víctima “martirizada” en la guerra, pero explicó que si bien era el Estado ruso el que invadió Ucrania, “generalmente, los más crueles son tal vez aquellos que son de Rusia, pero no son de la tradición rusa, tales como los chechenos, los buriatos y demás”.
La aparente distinción que trazó el Obispo de Roma irritó a Moscú.
“Expresé mi indignación ante semejantes insinuaciones y observé que nada puede alterar la cohesión y unidad del pueblo multinacional ruso”, dijo Avdeev a RIA Novosti.
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