La necesidad de superar la discriminación, exclusión y paternalismo de las personas con discapacidad, son los desafíos que tiene el Dicasterio para los Laicos, la Familia y la Vida.
"La Iglesia es tu casa. La contribución de las personas con discapacidad al Sínodo sobre la Sinodalidad", fue el título del conversatorio que se llevó a cabo el 20 de mayo con la participación de más de 20 países y fue promovido por el Dicasterio para los Laicos, la Familia y la Vida.
La actividad, que se desarrolló de modo virtual y contó con alrededor de 30 participantes con discapacidades sensoriales, físicas y cognitivas; tuvo como objetivo darle voz y visibilizar a las personas que muchas veces no la tienen, quedando al margen de la Iglesia.
DISCRIMINACIÓN
Cuatro conmovedores testimonios de Liberia, Ucrania, Francia y México llamaron la atención sobre la necesidad de superar la discriminación, la exclusión y el paternalismo.
“Al nacer, podría haber sido abortada, estoy feliz de vivir”, subrayó emocionada una catequista francesa con Síndrome de Down, que destacó que da gracias a Dios “por haberme creado”.
Por su parte, en la apertura del seminario el cardenal Mario Grech, secretario general del Secretariado del Sínodo de los Obispos, expresó su deuda con las personas discapacitadas: “fue uno de ellos el que me puso en el camino de la vocación sacerdotal”. “Si se descarta el rostro del hermano o hermana discapacitado, es la Iglesia la que se convierte en discapacitada”, sostuvo el purpurado.
TESTIGOS DE LA REALIDAD
Los participantes en los próximos meses elaborarán un documento común basado en sus experiencias y conocimientos del mundo de la discapacidad, el que será entregado a la Secretaría General del Sínodo de los Obispos para que lo tenga en cuenta en la continuación del camino sinodal.
El proceso concluirá con una reunión presencial en Roma (Italia), se espera la oficialización de la fecha.
Serie #IamChurch realizada por el Dicasterio para los Laicos, la Familia y la Vida, en el marco del “Año Familia Amoris Laetitia”. Un recorrido a través de cinco vídeos, en los que se descubre a mujeres y hombres con discapacidad que con demasiada frecuencia son víctimas de la cultura del descarte, y que dan testimonio de una humanidad sonriente, no victimista: el rostro atractivo de la Iglesia.
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