El Papa exhortó, en la Jornada Mundial de los Pobres, no dejarse seducir por falsos profetas y populismos que solo buscan empobrecer más a la gente. “No nos dejemos seducir por los cantos de sirena del populismo, que instrumentaliza las necesidades del pueblo”, subrayó.
"No dejarse engañar por el miedo, a no ceder al derrotismo, sino a aprender a leer con los ojos de la fe, los acontecimientos dramáticos", manifestó el Papa Francisco en la misa que ofició esta mañana en la basílica San Pedro en el marco de la Jornada Mundial de los Pobres.
El Santo Padre en la homilía pidió dejar de ver lo material y centrarse en el ser humano que “es el templo de Dios”.
“No sigamos a los falsos ‘mesías’ que, en nombre de la ganancia, proclaman recetas útiles solo para aumentar la riqueza de unos pocos, condenando a los pobres a la marginación.”
NO RESIGNARSE
El vicario de Cristo aseguró que el discípulo del Señor no se deja atrofiar por la resignación, no cede al desaliento ni siquiera en las situaciones más difíciles, porque su Dios es el Dios de la resurrección y de la esperanza, que siempre reanima, con Él siempre se puede levantar la mirada, empezar de nuevo y volver a caminar.
“El populismo instrumentaliza las necesidades del pueblo proponiendo soluciones demasiado fáciles y apresuradas.”
Con esta perspectiva, ante las crisis, ante las cosas malas que ocurren y generan pobreza y sufrimiento, el cristiano debe preguntarse qué puede hacer, en lugar de quedarse “como víctimas de lo que sucede" y aprovechar la oportunidad para hacer el bien y construir también a partir de situaciones negativas, porque cada crisis es una posibilidad y ofrece oportunidades de crecimiento.
NO A LA SORDERA INTERIOR, A CORAZONES ADORMECIDOS
“Hermanos y hermanas, en esta Jornada Mundial de los Pobres la Palabra de Jesús es una fuerte advertencia para romper esa sordera interior que nos impide escuchar el grito sofocado de dolor de los más débiles”, exclamó el sucesor de Pedro al recordar que se vive en una sociedad con heridas y asistimos, a escenarios de violencia, injusticia y persecución, a una guerra cruel y despiadada como la de Ucrania “que provoca la muerte de tantos inocentes y multiplica el veneno del odio”.
“Y también hoy los pobres son las víctimas más penalizadas de cada crisis. Pero, si nuestro corazón permanece adormecido e insensible, no logramos escuchar su débil grito de dolor, llorar con ellos y por ellos, ver cuánta soledad y angustia se esconden también en los rincones más olvidados de nuestras ciudades”, subrayó.
NO AL POPULISMO, A LA MARGINACIÓN
Ante este panorama desolador, el Papa exhortó a dar testimonio del Evangelio y a "encender luces de esperanza en medio de la oscuridad", a comprometerse con valentía por la justicia, legalidad y paz, estando del lado de los débiles.
“No escuchemos a los profetas de desventura; no nos dejemos seducir por los cantos de sirena del populismo, que instrumentaliza las necesidades del pueblo proponiendo soluciones demasiado fáciles y apresuradas. No sigamos a los falsos ‘mesías’ que, en nombre de la ganancia, proclaman recetas útiles solo para aumentar la riqueza de unos pocos, condenando a los pobres a la marginación”, subrayó el Pontífice ante obispos, sacerdotes, personas sin techo, inmigrantes, discapacitados, voluntarios de Cáritas y otras asociaciones que participaron de la celebración eucarística.
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