El Papa, en el marco del Día Internacional de las Personas con Discapacidad, invitó a los fieles a derribar las barreras de los prejuicios.
“El magisterio de la fragilidad es un carisma que enriquece a la Iglesia”, señaló Francisco en uno de los pasajes centrales de su mensaje para el Día Internacional de las Personas con Discapacidad, difundido hoy por la Oficina de Prensa de la Santa Sede.
“Ustedes, hermanas y hermanos con discapacidad enriquecen a la Iglesia: su presencia ayuda a transformar las realidades en las que vivimos, haciéndolas más humanas y acogedoras”, subrayó el Santo Padre.
Asimismo, destacó que sin vulnerabilidad “sin límites, sin obstáculos que superar, no habría una verdadera humanidad”, por lo que mostró su alegría en el camino sinodal que se transformó en una ocasión propicia para escuchar la voz de las personas con discapacidad, muchas veces acallada.
ADVERTENCIA
El Obispo de Roma alertó además sobre el peligro que la Iglesia, a pesar de sus propias enseñanzas, pueda “imitar el modo en que la sociedad deja de lado a estas personas”.
Del mismo modo, señaló como formas de discriminación en el mundo la falta de escucha, la violación del derecho a elegir dónde y con quién vivir, la negación de los sacramentos, los abusos, que “describen la cultura del descarte con relación a las personas con discapacidad”.
“Espero que cada comunidad cristiana se abra a la presencia de hermanas y hermanos con discapacidad asegurándoles siempre la acogida y la plena inclusión”, subrayó el sucesor de Pedro.
Finalmente, el vicario de Cristo invito a mirar la realidad y las necesidades de las personas con discapacidad “con ojos nuevos”, para derribar las barreras que cuando no las padecemos parecen insignificantes.
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