En la Jornada Mundial por la Eliminación de las Armas Nucleares, el Papa condena en un tweet el uso bélico de la energía atómica. "Es un crimen contra toda posibilidad de futuro en nuestra casa común", afirma.
El Papa condenó ayer, a través de su cuenta de Twitter @Pontifex, el uso de la energía nuclear para fines no pacíficos, por lo que lo calificó como “un uso criminal”.
“Deseo reiterar que el uso de la energía atómica con fines de guerra es hoy más que nunca un crimen, no sólo contra el hombre y su dignidad, sino también contra toda posibilidad de futuro en nuestra casa común”, sentenció.
Francisco escribió con motivo del Día Internacional para la Eliminación Total de las Armas Nucleares y subrayó una vez más la urgencia de una solución alternativa e inmediata a la disuasión producida por este tipo de armamento que la comunidad internacional está llamada a encontrar.
FIN DE LA HUMANIDAD
Nunca antes el desarme nuclear había estado tan de actualidad como en 2022. Hace dos días se conmemoró el séptimo mes desde el inicio de la guerra en Ucrania, país que, además, renunció a su tercer arsenal nuclear en el ‘94.
Un conflicto en el que, tras el referéndum deseado por el Kremlin en las regiones ucranianas ocupadas y no reconocido por la mayoría de la comunidad internacional, el uso de las armas nucleares volvió a ser amenazado por Moscú.
En un mundo en el que los hombres y las mujeres viven "bajo presión", en la proyección de un futuro hecho de máquinas y robots que dan la ilusión de la "eterna juventud", gana terreno la idea de "una catástrofe final que nos extinguirá", y esto es "lo que ocurre con una eventual guerra atómica", dijo el Papa durante su catequesis en la audiencia general del pasado 16 de marzo, en referencia a las reiteradas amenazas nucleares surgidas en las primeras semanas del conflicto en Ucrania.
"El 'día siguiente' -si es que todavía hay días y seres humanos- habrá que empezar de cero. Destruir todo para empezar de nuevo desde cero", añadió Francisco.
MUNDO LIBRE DE ARMAS NUCLEARES
Tres meses después, el 21 de junio de 2022, el Papa reiteró su llamamiento en un mensaje dirigido al embajador Alexander Kmentt, presidente de la primera reunión de los Estados miembros del Tratado sobre la Prohibición de las Armas Nucleares, que se celebraba en ese momento en Viena.
En esa ocasión, Francisco volvió a pedir que "se silencien todas las armas y se eliminen las causas de los conflictos recurriendo incansablemente a las negociaciones". "Los que hacen la guerra se olvidan de la humanidad", reiteró, y subrayó que "la paz es indivisible y, para ser verdaderamente justa y duradera, debe ser universal".
“Es un razonamiento engañoso y contraproducente pensar que la seguridad y la paz de unos está desconectada de la seguridad y la paz colectivas de otros”, reflexionó.
UN USO PACÍFICO DE LA ENERGÍA NUCLEAR
Fueron innumerables las ocasiones en las que la Santa Sede expresó su firme no al uso y posesión de armas nucleares. Hace poco menos de un año, por ejemplo, el secretario de Estado Pietro Parolin recordó —en la inauguración de la conferencia ¿La conversión de las armas nucleares? ¡Conviene!”— cómo la pandemia "nos está enseñando una valiosa lección", a saber, que "es necesario reconsiderar nuestro concepto de seguridad", que "no puede basarse en la amenaza de la destrucción mutua y el miedo, sino que debe encontrar su fundamento en la justicia, el desarrollo humano integral, el respeto de los derechos humanos, el cuidado de la Creación, la promoción de las instalaciones educativas y sanitarias, el diálogo y la solidaridad".
Recientemente, el Vaticano hizo un llamamiento a los Estados para que cooperen en la búsqueda de usos pacíficos de la energía nuclear. En su intervención del 8 de agosto en Nueva York en la conferencia de la ONU para la revisión del tratado de No Proliferación de Armas Nucleares, el arzobispo Gabriele Caccia, jefe de la delegación de la Santa Sede, reiteró su convicción de que la energía atómica sólo debe utilizarse con fines pacíficos.
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