En una jugada geopolítica, el Papa se convierte en el primer pontífice en visitar Mongolia, un país con una minoría católica. Esta visita será seguida de cerca por Rusia y China, quienes mantienen fuertes intereses en la región.
El Santo Padre se convertirá el 31 de agosto en el primer pontífice en visitar Mongolia.
El papa Francisco, fiel a su estilo, realizará un viaje histórico a Mongolia este año, visitando un lugar con una escasa población católica de 1.500 fieles.
Esta decisión sitúa al país en el radar global, y no sólo en el ámbito religioso. Geopolíticamente, Mongolia se encuentra en una posición delicada, presionada entre las dos potencias de Rusia y China.
TENSIONES GEOPOLÍTICAS EN JUEGO
Rusia, que controló Mongolia durante la era soviética, y China, con sus intentos actuales de influencia a través de la Iniciativa del Cinturón y la Ruta de la Seda, estarán pendientes de este viaje. Francisco mantuvo una postura diplomática con ambas naciones, intentando negociar la paz en Ucrania con Rusia y buscando relaciones equilibradas con China.
LA DELICADA DANZA CON CHINA Y RUSIA
Nunca antes un Papa visitó estas naciones. De acuerdo a la costumbre, se espera que Francisco envíe un telegrama de reconocimiento a las autoridades chinas, cuyas palabras serán estudiadas con lupa. A pesar de la frágil situación geopolítica, el Obispo de Roma demostró capacidad para navegar en estos escenarios.
EL CATOLICISMO, UN RETO EN TERRENO BUDISTA
Mongolia, un país que fue oficialmente ateo durante el dominio soviético, hoy tiene al budismo como su religión predominante.
La comunidad católica, aunque pequeña y dispersa, demostró una capacidad de resistencia notable. La visita del Papa que se llevará a cabo del 31 de agosto al 4 de septiembre se convierte en un signo de reconocimiento y aliento para estos fieles.
ENTRE LA AUTONOMÍA Y LA DEPENDENCIA
Mongolia luchó por mantener su independencia política y económica, tanto de Rusia, que suministra prácticamente toda su energía, como de China, que compra más del 90% de sus exportaciones mineras, principalmente carbón y cobre. Sin embargo, la visita papal se presenta como una oportunidad para manifestar su autonomía y abrir nuevos canales de diálogo internacional.
MÁS ALLÁ DE LA GEOPOLÍTICA
Mongolia es un país de una belleza impresionante. Sus paisajes esteparios, su tradición nómada y la vida en yurtas son parte de un atractivo único. El majestuoso desierto de Gobi, el histórico valle de Orkhon y la vibrante capital Ulaanbaatar, son testimonio de la riqueza cultural y natural de esta nación, que será el escenario de esta visita papal inédita.
Itinerario
Francisco será el primer pontífice que viste Mongolia y lo hará desde el último día de agosto y los iniciales de septiembre.
Jueves 31 de agosto
18:30 - Salida desde el Aeropuerto Internacional de Roma/Fiumicino hacia Ulán Bator, Mongolia.
Viernes 1º de septiembre
10:00 - Llegada al Aeropuerto Internacional “Chinggis Khaan” de Ulán Bator y ceremonia oficial de bienvenida.
Sábado 2
09:00 - Ceremonia de bienvenida en la Plaza Sukhbaatar.
09:30 - Visita de cortesía al Presidente de la República, Ukhnaagiin Khürelsükh, en el Palacio del Gobierno.
10:20 - Encuentro con las autoridades, la sociedad civil y el cuerpo diplomático en la sala “Ikh Mongol” del Palacio del Gobierno.
11:00 - Encuentro con el presidente en el Gran Jural del Estado.
11:10 - Encuentro con el Primer Ministro, Luvsannamsrain Oyun-Erdene.
16:00 - Encuentro con los obispos, sacerdotes, misioneros, consagrados y agentes de pastoral en la Catedral de los Santos Pedro y Pablo.
Domingo 3
10:00 - Encuentro ecuménico e interreligioso en el “Hun Theatre”.
16:00 - Santa Misa en el “Steppe Arena”.
Lunes 4
09:30 - Encuentro con los trabajadores de la caridad e inauguración de la Casa de la Misericordia.
11:30 - Ceremonia de despedida en el Aeropuerto Internacional “Chinggis Khaan”.
12:00 - Salida hacia Roma.
17:20 - Llegada al Aeropuerto Internacional de Roma/Fiumicino.
Lema y logotipo del viaje
El lema "Hoping Together" (Esperando juntos) resalta la naturaleza dual del viaje, siendo a la vez una visita pastoral y de Estado.
La esperanza, como virtud cristiana y también apreciada en círculos no cristianos, se une a la palabra "juntos", subrayando la cooperación bilateral entre la Santa Sede y Mongolia.
El logotipo muestra el mapa de Mongolia con los colores de su bandera (rojo y azul) y un ger (vivienda tradicional mongola) del que sale una estela de humo amarillo, color del Vaticano. A la derecha del ger, hay una cruz, y entre ambos, se encuentran dos inscripciones verticales en lengua mongola que repiten el lema. Este conjunto simboliza la esperanza y cooperación que representa esta visita apostólica.
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