El Santo Padre recibió al Cuerpo Diplomático acreditado ante la Santa Sede y les recordó los dramas actuales: guerras y conflictos armados, cambio climático, falta de derechos, sobre todo para las mujeres y sed de solidaridad y justicia.
El Papa rompió el lunes su silencio sobre las protestas que convulsionaron a Irán y condenó el empleo de la pena de muerte en el país, además legitimó las marchas como manifestaciones que “reclaman más respeto por la dignidad de las mujeres”.
Las declaraciones fueron vertidas en el encuentro anual con los embajadores acreditados ante el Vaticano, un discurso sobre política exterior que detalla los temas de mayor preocupación para la Santa Sede.
DERECHO A LA VIDA
El Obispo de Roma vinculó la oposición al aborto con su oposición a la pena capital y dijo que ambas eran una violación del derecho fundamental a la vida. “La pena de muerte no puede ser utilizada para una presunta justicia de Estado, puesto que esta no constituye un disuasivo, ni ofrece justicia a las víctimas, sino que alimenta solamente la sed de venganza”, subrayó el Pontífice y pidió que “sea abolida de todos los países del mundo” que la implementan.
IRÁN EN LA MIRA DE FRANCISCO
“El derecho a la vida también se ve amenazado en esos lugares donde se sigue imponiendo la pena capital, como es el caso en Irán en estos tiempos, tras las recientes manifestaciones que reclamaban más respeto por la dignidad de las mujeres”, dijo el Santo Padre en las primeras declaraciones públicas sobre las protestas que estallaron en dicho país asiático a mediados de septiembre por la muerte de Mahsa Amini.
La mujer, de 22 años, murió tras ser arrestada por la policía iraní de la moral supuestamente por incumplir el estricto código de vestuario de la república islámica. Las mujeres jugaron un papel destacado en las protestas, en las que muchas se quitaron el pañuelo islámico obligatorio, “hiyab”.
Al menos cuatro personas fueron ejecutadas desde el inicio de las manifestaciones, tras juicios rápidos a puerta cerrada que recibieron críticas internacionales.
Al menos 519 personas murieron en las manifestaciones de los últimos meses y más de 19.200 fueron detenidas, según Activistas de Derechos Humanos en Irán, un grupo que monitorea las protestas desde su inicio. Las marchas se convirtieron en uno de los mayores desafíos a la teocracia chií iraní desde su Revolución Islámica de 1979.
REIVINDICACIÓN DE LOS DERECHOS DE LAS MUJERES
El sucesor de Pedro se refirió a las protestas iraníes al lamentar en general que en muchos lugares del mundo se trate a las mujeres como “ciudadanas de segunda”.
“Se ven sometidas a la violencia y el abuso y se les niega la oportunidad de estudiar, trabajar, emplear sus talentos, y tener acceso a sanidad e incluso a la comida”, dijo.
ARMAS NUCLEARES
Francisco también se refirió a Irán en comentarios sobre la amenaza continuada que plantean las armas nucleares en la guerra de Rusia en Ucrania, así como en la ruptura de las negociaciones sobre el programa nuclear iraní. El vicario de Cristo declaró que no sólo el uso, sino la mera posesión de armas nucleares es inmoral.
“Es mi esperanza que pueda alcanzarse una solución concreta tan rápido como sea posible, por el bien de garantizar un futuro más seguro”, dijo el pontífice.
AMENAZAS A LA DECMOCRACIA
Jorge Bergoglio enumeró conflictos, desastres naturales y crisis migratorias que afectan al planeta, pero también las amenazas a la democracia, en especial en América.
En su discurso añadió los “sucesos de las últimas horas en Brasil”, en alusión a los miles de partidarios del expresidente Jair Bolsonaro que tomaron el Congreso, la Corte Suprema y el palacio presidencial, y después causaron destrozos en las principales sedes de gobierno.
“En muchos lugares, un indicio de la debilidad de la democracia es el incremento de la polarización política y social, que no ayuda a resolver los problemas urgentes de los ciudadanos”, dijo. “Pienso en los varios países de América donde las crisis políticas están marcadas por tensiones y formas de violencia que agravan los conflictos sociales”, subrayó.
Además de Brasil, mencionó Perú y Haití y dijo que “hay una necesidad constante de superar las formas de pensar partidistas y trabajar por la promoción del bien común”.
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