El Santo Padre inició su viaje apostólico por el continente más grande del mundo. En su primera visita, Indonesia, centró su mensaje en la importancia del diálogo interreligioso, la justicia social y la promoción de la fraternidad. El itinerario continuará por Papúa Nueva Guinea, Timor Oriental y Singapur.
Francisco en Indonesia resaltó la importancia de la fraternidad en una sociedad diversa, subrayando que el respeto mutuo y la compasión son esenciales para lograr la paz y el desarrollo sostenible.
Desde su llegada a Indonesia el 3 de septiembre, Francisco reiteró uno de los temas más importantes de su pontificado: la unidad en la diversidad y el diálogo como herramientas esenciales para la paz. En su primer discurso en Yakarta, recordó que Indonesia, un país con una vasta riqueza cultural y religiosa, es un "magnífico mosaico" que debe ser protegido contra la intolerancia y el extremismo. "La armonía se logra cuando cada opinión particular tiene en cuenta las necesidades comunes", subrayó.
Su visita se convirtió en un evento crucial para ese territorio con la mayor población musulmana del mundo, donde elogió el diálogo interreligioso como base para construir una sociedad de paz y justicia social. Asimismo, el Papa, llamó la atención sobre la necesidad urgente de atender a los más vulnerables, especialmente a los enfermos, refugiados y migrantes, a quienes nombró como "los miembros más valiosos de la Iglesia".
ENCUENTRO CON LOS NECESITADOS
Una de las primeras acciones del Santo Padre en su visita fue reunirse con un grupo de 40 personas, incluidos huérfanos, ancianos y refugiados, a quienes ofreció palabras de aliento y esperanza. "El mundo no avanza con el cálculo de los propios intereses", afirmó, "sino con la caridad prodigada".
El Papa subrayó que el poder del diálogo interreligioso es un puente hacia la paz y la fraternidad en un mundo dividido.
La importancia de la compasión y la fraternidad fueron los temas centrales de su mensaje, especialmente en un contexto donde la pobreza y la exclusión social aún afectan a muchas personas en Indonesia.
Del mismo modo, también expresó su preocupación por el fenómeno de la pobreza y la falta de justicia social. “Es fundamental que, como sociedad, no dejemos a nadie atrás. A través de políticas públicas y un compromiso solidario, podemos transformar el mundo y lograr que las personas más vulnerables vivan con dignidad", dijo durante su homilía en la catedral de Nuestra Señora de la Asunción.
SOÑAR CON UN MUNDO MEJOR
En su homilía, Francisco destacó la importancia de soñar con un futuro mejor, llamando a los jóvenes a ser constructores de paz y unidad en el mundo.
Uno de los momentos más impactantes de su discurso en el estadio Gelora Bung Karno fue su llamado a soñar con un futuro más justo. "No se cansen de soñar y de seguir construyendo una civilización de paz", instó el Papa a los jóvenes. El mensaje resonó entre los miles de fieles que asistieron a la misa, quienes vieron una voz que llama a la esperanza y al cambio.
Francisco se reunió con migrantes y refugiados, subrayando la necesidad de atención y solidaridad hacia los más vulnerables de la sociedad.
También resaltó el poder de la Palabra de Dios, afirmando que “todo comienza con escuchar la Palabra, pero no debe quedarse ahí. La Palabra de Dios debe transformarse en acción, en vida”.
PRÓXIMAS PARADAS: PAPÚA NUEVA GUINEA Y TIMOR ORIENTAL
Tras su estancia en Indonesia, el Obispo de Roma continuará su viaje apostólico en Papúa Nueva Guinea y Timor Oriental, donde se espera que mantenga su mensaje centrado en la compasión, la unidad y la justicia social. Estas visitas también estarán marcadas por encuentros con comunidades locales, líderes religiosos y jóvenes, en un esfuerzo por promover la paz y el diálogo en la región del sudeste asiático.
La visita del sucesor de Pedro a Indonesia está dejando un mensaje claro: el camino hacia la paz y la justicia social pasa por el respeto mutuo, el diálogo interreligioso y la compasión hacia los más vulnerables.
A medida que continúe su recorrido por Asia, su mensaje de fraternidad y esperanza seguirá resonando en una región rica en diversidad, pero que también enfrenta grandes desafíos sociales y económicos.
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