Benedicto XVI falleció esta mañana luego de estar en grave estado de salud los últimos días. Estuvo al frente de la Iglesia durante ocho años hasta su renuncia en 2013. Trabajó arduamente y con mano dura contra los abusos sexuales cometidos por sacerdotes. Francisco oficiará la misa de exequias el 5 de enero en la plaza San Pedro.
Benedicto XVI, el teólogo alemán que trató de despertar el cristianismo en una Europa secularizada y será recordado como el primer pontífice que renunció al cargo en 600 años, falleció hoy a los 95 años de edad.
Francisco oficiará su funeral en la plaza de San Pedro el jueves 5 de enero y será la primera vez en la historia en que un papa en funciones presidirá el entierro de su predecesor.
INESPERADO
Benedicto sorprendió al mundo el 11 de febrero de 2013 cuando anunció en latín que ya no tenía fuerzas para seguir al frente de una Iglesia católica con 1.200 millones de fieles que había guiado durante ocho años y que en el último tiempo afloraban escándolos de abusos sexuales.
Su dramática decisión dejó paso al cónclave que eligió a Francisco como su sucesor. Los dos pontífices convivieron desde entonces en los jardines del Vaticano, en un acuerdo sin precedentes que sentó las bases para que futuros “papas eméritos” puedan hacer lo mismo.
JUNTO AL PADRE
“Con pesar doy a conocer que Benedicto XVI falleció hoy a las 9.34 en el monasterio Mater Ecclesiae del Vaticano”, informó esta mañana el vocero de la Santa Sede, Matteo Bruni, e indicó que los fieles podrán presentar sus últimos respetos a los restos mortales del religioso que quedarán expuestos a partir del lunes en la basílica San Pedro.
Joseph Ratzinger pidió que su funeral se celebrase con solemnidad pero “sencillez”, explicó Bruni.
Benedicto, cuya salud se había deteriorado durante la Navidad, recibió el sacramento de la unión de enfermos el miércoles tras la misa diaria en el monasterio, en presencia de su secretario y de las mujeres consagradas que atendían su casa, añadió el portavoz.
Joseph Ratzinger (derecha), recién nombrado arzobispo de Múnich y Freising, reza con el obispo Erns Tewes en la cripta de la catedral de Freising, en el sur de Alemania, el 31 de marzo de 1977.
TEÓLOGO
Durante casi un cuarto de siglo en el papel de prefecto de la Congregación para la Doctrina de la Fe, Ratzinger llegó a ser conocido por disciplinar a teólogos que se apartaban de la doctrina oficial del Vaticano, en especial los que abrazaron la Teología de la Liberación, popular en Latinoamérica en las décadas de 1970 y 1980.
Siendo la mano derecha de Juan Pablo II en asuntos de doctrina, Ratzinger escribió documentos que reforzaban las enseñanzas de la Iglesia oponiéndose a la homosexualidad, el aborto y la eutanasia, y en los que se afirmaba que sólo en la Iglesia católica puede hallarse la salvación.
Pero Ratzinger también fue responsable de una de las reformas internas más importantes del Vaticano: Requerir que todos los casos de abusos sexuales en la Iglesia fueran enviados a su oficina para ser examinados. Ese cambio en 2001 fue una respuesta a la creciente evidencia de que los obispos estaban trasladando de un lugar a otro a los sacerdotes que abusaban, en lugar de sancionarlos.
DE PENSAR EN RETIRARSE, AL PONTIFICADO
Ratzinger con 78 años de edad planeaba pasar sus últimos años escribiendo en la “paz y tranquilidad” de su Baviera natal, pero Dios tenía planeado otro camino.
En su lugar sucedió en 2005 a san Juan Pablo II y guió la Iglesia en medio del escándalo de abusos sexuales cometidos por clérigos.
Asimismo, se enfrentó a la labor con la firme intención de reavivar la fe en un mundo que, como lamentaba con frecuencia, parecía creer que podría prescindir de Dios.
“En grandes zonas del mundo hay hoy en día un extraño olvido de Dios", dijo ante el millón de jóvenes que se congregaron en la Jornada Mundial de la Juventud en Colonia, Alemania, en 2005.
Con algunas decisiones clave trató de recordarle a Europa su herencia cristiana. Y llevó a la Iglesia por una senda tradicional que a menudo alienó a los progresistas. Relajó las restricciones a la celebración de la antigua misa en latín y tomó medidas enérgicas contra las monjas americanas, insistiendo en que la Iglesia se mantuviese fiel a su doctrina y tradiciones ante un mundo cambiante.
Benedicto XVI con los ganadores del Premio Ratzinger 2022. Joseph Halevi Horowitz Weiler, a la izquierda, en el monasterio Mater Ecclesiae del Vaticano el jueves 1 de diciembre de 2022. El segundo desde la izquierda es el presidente de la fundación, el padre Federico Lombardi, y el cuarto desde la izquierda es el obispo Georg Gänswein, secretario personal de Benedicto XVI durante mucho tiempo.
El legado de Benedicto XVI quedó marcado de forma irreversible por el estallido a nivel mundial del escándalo de abusos sexuales en 2010.
Benedicto conocía la magnitud de la situación de primera mano ya que en su antiguo puesto, en la Congregación para la Doctrina de la Fe que dirigía desde 1982, era el responsable de gestionar los casos de abusos.
De hecho, fue él quien en 2001 tomó la decisión, entonces revolucionaria, de asumir la responsabilidad de procesar esos casos tras percatarse de que obispos de todo el mundo no castigaban a los agresores, sino que se limitaban a cambiarlos de parroquia
Cuando asumió el papado tomó medidas contra el sacerdote pederasta más famoso del siglo XX, Marcial Maciel. Benedicto se hizo cargo de los Legionarios de Cristo, la orden religiosa conservadora de Maciel, después de que se reveló que el fundador había abusado sexualmente de seminaristas y engendrado al menos tres hijos.
RELACIÓN CON JUDIOS Y MUSULMANES
Benedicto XVI hizo de un acercamiento a los judíos un sello de su papado. En una de sus medidas más significativas, efectuó una amplia exoneración del pueblo judío por la muerte de Cristo.
Las relaciones con los musulmanes fueron más tensas. Sacudió al mundo islámico con un discurso en 2006 en Regensburg, Alemania, en el que citó a un emperador bizantino que declaró que algunas de las enseñanzas del profeta Mahoma eran “malvadas e inhumanas”, en especial su mandato de propagar la fe “por medio de la espada”.
Un comentario subsecuente tras una masacre de cristianos en Egipto provocó que el centro Al Azhar en El Cairo, sede del saber de los musulmanes suníes, suspendiera sus relaciones con el Vaticano, las cuales no fueron reanudadas sino hasta el papado de Francisco.
Benedicto XVI bendice a los fieles a su llegada a la Plaza de San Pedro el 31 de diciembre de 2011.
DESERTOR Y SACERDOTE
Nacido el 16 de abril de 1927 en Marktl Am Inn, en Baviera, Benedicto escribió en sus memorias que fue alistado en las juventudes nazis en contra de su voluntad en 1941, cuando tenía 14 años y la afiliación era obligatoria. Desertó del ejército alemán en abril de 1945, en los últimos días de la Segunda Guerra Mundial.
Se ordenó sacerdote junto a su hermano Georg en 1951. Tras pasar varios años enseñando teología en Alemania, fue nombrado obispo de Múnich en 1977, y el papa Pablo VI lo nombró cardenal tres meses después.
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