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El Vaticano disuelve el Sodalicio: el fin de un escándalo de abusos y corrupción

  • Foto del escritor: Canal Vida
    Canal Vida
  • 8 mar
  • 3 Min. de lectura
El Papa Francisco ordenó la disolución del Sodalicio de Vida Cristiana tras años de denuncias por abusos sexuales, psicológicos y mala gestión financiera. La comunidad fundada en 1971 se desmorona tras revelaciones sobre su líder y su vasto patrimonio.
 
Sodalicio
Denuncias y dinero rodean al Sodalicio.

El Sodalicio de Vida Cristiana (SCV), una organización católica fundada en Perú en 1971, llegó a contar con miles de miembros en América Latina y EE.UU. Sin embargo, su historia quedó empañada por denuncias de abuso sexual y manipulación psicológica contra su fundador, Luis Fernando Figari.


"El Papa Francisco determinó que el SCV era una secta encubierta con estructuras de poder abusivas."

El líder, quien moldeó el SCV con un carácter ultraconservador, fue acusado de sodomizar a reclutas y someterlos a humillaciones psicológicas. A pesar de las primeras denuncias en 2011, recién en 2015 el libro "Mitad monjes, mitad soldados", de Pedro Salinas y Paola Ugaz, expuso con detalle las prácticas abusivas dentro de la organización.

 
GIN
 
El veredicto del Vaticano: una organización irrecuperable

El Papa Francisco, tras recibir un informe demoledor del arzobispo Charles Scicluna y monseñor Jordi Bertomeu, determinó en enero de este año que el SCV era una secta encubierta con estructuras de poder abusivas. Las denuncias iban más allá de los abusos sexuales, incluyendo irregularidades económicas y el encubrimiento de sus crímenes.


"El Sodalicio acumuló un patrimonio estimado en 800 millones de dólares, con inversiones en universidades, colegios, concesiones mineras y empresas offshore en países como Panamá, Colombia, Brasil y EE.UU."

El Vaticano designó a Bertomeu como comisario apostólico para supervisar la disolución de la comunidad y decidir el destino de su millonario patrimonio.


Figari
Luis Figari, en agosto del año pasado, fue expulsado de la sociedad de vida apostólica laical que él había fundado.
El vasto imperio económico del Sodalicio

La entidad acumuló un patrimonio estimado en 800 millones de dólares, con inversiones en universidades, colegios, concesiones mineras y empresas offshore en países como Panamá, Colombia, Brasil y EE.UU.


Uno de los principales activos es la Asociación San Juan Bautista, propietaria de numerosos inmuebles y camposantos en Perú. En 2020, 36 de sus propiedades fueron transferidas a Acres Sociedad Titulizadora, una empresa vinculada a Rafael López Aliaga, actual alcalde de Lima.


El futuro de estos bienes sigue en debate, aunque las víctimas exigen que sean utilizados para compensar los abusos sufridos.

 
Kriskovich
 
La lucha de las víctimas y la tardanza en la justicia

El anuncio de la disolución es un triunfo para víctimas como Pedro Salinas y Renzo Orbegozo, quienes denunciaron los abusos desde hace más de 25 años. Sin embargo,


El cardenal Carlos Castillo Mattasoglio, arzobispo de Lima, calificó al Sodalicio como "un experimento fallido" y "la resurrección del fascismo en América Latina utilizando arteramente a la Iglesia".



Un carisma pervertido

El Sodalicio nació con el ideal de formar líderes laicos comprometidos con la fe y la disciplina. Sin embargo, su estructura degeneró en un sistema de control totalitario, donde la obediencia absoluta permitió los abusos.


La decisión del Santo Padre de suprimirlo contrasta con casos como el de los Legionarios de Cristo, cuyo fundador, Marcial Maciel, también cometió abusos, pero cuya organización fue reformada en lugar de disuelta.

 
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El fin de un escándalo

La disolución del Sodalicio representa un paso histórico en la lucha de la Iglesia contra los abusos internos. Sin embargo, queda la interrogante de si la justicia civil en Perú actuará contra los responsables y si el Vaticano garantizará que las víctimas reciban reparación.


El caso del SCV deja una lección clara: la impunidad puede sostenerse por décadas, pero tarde o temprano, la verdad se impone.

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