Este domingo, al tiempo que Francisco imploraba por la paz, los ataques contra Ucrania no cesaban.
Mientras que el Papa Francisco pidió hoy en L’Aquila (Italia) por la paz en Ucrania, Rusia amenazó con ataques en las inmediaciones de la central nuclear más grande de Europa.
La agencia ucraniana de energía atómica retrató el domingo una imagen inquietante de la amenaza al publicar un pronóstico de los lugares a donde podría extenderse la radiación de la central nuclear de Zaporiyia, de la cual Rusia tomó el control poco después del inicio de la guerra.
Durante el fin de semana se registraron ataques, no sólo en las inmediaciones de la central que controla Rusia a lo largo de la ribera izquierda del río Dniéper, sino también de la orilla derecha que se encuentra bajo control de Ucrania, incluyendo las ciudades de Nikopol y Marhanets, cada una a unos 10 kilómetros de la instalación.
TUBERÍA DAÑADA
El Organismo Internacional de Energía Atómica de la ONU informó el domingo que los niveles de radiación eran normales, que dos de los seis reactores de la central de Zaporiyia estaban en funcionamiento y que, aunque todavía no se había hecho una evaluación completa, los recientes enfrentamientos habían dañado una tubería de agua, la cual ya fue reparada.
ATAQUES EN EL RÍO
La ciudad de Zaporiyia, que se encuentra a unos 40 kilómetros del río Dniéper desde la planta nuclear, también fue objeto de fuego ruso, dañando decenas de edificios de apartamentos y casas, e hiriendo a dos personas, informó el miembro del consejo de la ciudad Anatoliy Kurtev.
La presa de la planta es una de las principales vías de comunicación a través del río y una importante ruta de suministro para Rusia. La presa forma un embalse que proporciona agua a la central nuclear de Zaporiyia.
Comentarios