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El padre que entregó su sufrimiento físico y espiritual por amor al Señor

En el día de la memoria litúrgica de san Pío, Francisco sintetizó su vida con una frase: "ofreció el dolor por amor". El cardenal Sean O'Malley presidió la misa conmemorativa en Pietrelcina donde destacó que "enseñó al mundo que el mayor éxito es la santidad".
 

El Papa Francisco frente a las reliquias de san Pío en 2018.


Humildad, obediencia, dolor (físico y espiritual) y amor incondicional a Dios. Es el legado de san Pío de Pieltrelcina (1887–1968), que en el día de su memoria litúrgica y a 20 años de su canonización el Papa Francisco recordó, a través de un tuit, como una persona que combatió el mal toda su vida “ofreciendo su dolor por amor”.



LUCHA CONTRA EL MAL

El Papa -que el 17 de marzo de 2018 realizó una visita pastoral a Pietrelcina, ciudad natal de san Pío, Benevento y san Giovanni Rotondo, en el centenario de la aparición de los estigmas- recordó una de las constantes de la vida del fraile: la lucha contra el mal. Entendidas como aquellas batallas contra el demonio, al que, como escriben muchos biógrafos, perjudicaba la capacidad de Padre Pío de leer el corazón y de tener visiones.


Batallas que le dieron tormento hasta el final de sus días pero que él ganó con caridad y fe.


 
 


FERVOR UNIVERSAL

La devoción al capuchino comenzó incluso antes de su muerte. Con el tiempo, fue más allá de los lugares donde vivió y trabajó, llegando hasta Sudamérica o África, donde hoy existen numerosas obras de caridad y solidaridad que llevan su nombre.


Más de 300.000 personas abarrotaron la plaza San Pedro el día de la misa de canonización presidida por san Juan Pablo II, que también mantuvo un intercambio de cartas con el Padre Pío.


El Padre Pio tuvo los estigma por 50 años.



O'MALLEY EN SAN GIOVANNI ROTONDO

“Es un regalo de Italia al mundo”, dijo el cardenal Sean Patrick O’Malley, arzobispo de Boston (Estados Unidos) sobre el Padre Pío en la celebración de la Santa Misa oficiada en su honor esta mañana en la iglesia San Giovanni Rotondo.


El cardenal Sean O'Malley (segundo de der. a izq.) junto a los sacerdotes que concelebraron esta mañana en la iglesia San Giovanni Rotondo.


El purpurado indicó, ante una multitud que participó de la Eucaristía, que san Pío mostró "que Dios es real y que el único éxito verdadero en la vida es la santidad".


"En el plan de Dios, este pobre y sencillo agricultor estaba destinado a convertirse en un instrumento para revelar al mundo entero la presencia amorosa y la misericordia de Dios", manifestó O'Malley.


Asimismo, recordó la relación de Wojtyla con el santo, en particular la conocida carta en latín, enviada en 1962 como arzobispo de Cracovia, en la que pedía al fraile que rezara por su amiga polaca, la doctora Wanda Półtawska, que padecía un grave cáncer: "Sabemos -dijo O'Malley- que esta mujer se curó más tarde de forma maravillosa. Estoy seguro de que nadie tuvo que convencer a Juan Pablo II de la santidad, las virtudes heroicas y el extraordinario impacto de Padre Pío".


 
 


EL "PESO" DE LOS ESTIGMAS

El arzobispo de Boston también mencionó el "peso de los estigmas" que llevó san Pío durante cinco décadas "con amor y paciencia".


"En un mundo en el que el dolor se considera el mayor mal, el Padre Pío nos muestra que el mayor mal no es el dolor, sino el pecado y el egoísmo. El dolor puede ser un arma de doble filo que lleva a la autocompasión, la ira o la desesperación. Cuando la cruz nace con amor y en unión con Jesús, es vivificante y lleva a la resurrección", subrayó.

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