El 13 de octubre de 1917 la Virgen de Fátima hizo su última aparición y realizó un milagro observado por más de 40 mil personas.
Lucía, Francisco y Jacinta fueron los tres pastorcitos elegidos por la Virgen para aparecerse por primera vez el 13 de mayo de 1917 en Fátima (Portugal), y continuar sus visitas hasta el mismo día de octubre.
Hace 105 años la Virgen aparecía en ese lugar de una manera muy especial: cumplía con la promesa de lo que se conoció la “danza del sol”, que fue vista por cientos de personas que habían sido convocadas por los niños.
TESTIGOS DE UN MILAGRO
El material del periodista ateo Avelino de Almeida, quien escribía para O Século, calculó que entre 40 y 50 mil personas presenciaron el prodigio realizado por la Virgen en esa jornada del 13 de octubre.
En su narración publicada el 29 de ese mes señaló que “el sol realizó unos movimientos bruscos nunca vistos, fuera de todas las leyes cósmicas”.
Asimismo, en el entornó observó que “un anciano rezó” el Credo y muchas personas aseguraron “ver el rostro de la Virgen o que el sol dio una vuelta sobre sí mismo”.
Miles de personas observan el prodigio.
Después de este milagroso acontecimiento, la Iglesia procedió a una investigación que, por supuesto, incluyó el testimonio de algunos testigos presenciales, pero recién el 28 de abril de 1919 se inició la construcción de la llamada capilla de las apariciones y, el 13 de octubre de 1923 fue cuando se celebró la primera misa en ese lugar.
APROBACIÓN EPISCOPAL
El 13 de octubre de 1930, el obispo de Leira declaró dignas de fe las apariciones y autorizó el culto de Nuestra Señora de Fátima, como una advocación más de la Virgen María.
El 13 de mayo de 1931 se realizó la primera consagración de Portugal al Inmaculado Corazón de María, y al año siguiente, el 31 de octubre, el Papa Pío XII, a través de Radio Vaticano, consagró el mundo al Corazón de María.
El Papa Francisco rezó ante la Virgen de Fátima en su viaje a Portugal en 2017.
CORONACIÓN
La imagen original de la Virgen de Fátima fue coronada por el cardenal de Marsella, como representante de Pío XII, en agradecimiento porque liberó a Portugal de la Segunda Guerra Mundial.
Luego del atentado el 13 de mayo de 1981, san Juan Pablo II al año siguiente viajó a Portugal a agradecerle a la Virgen y le entregó la bala con la que lo quisieron matar, la cual se colocó en la corona.
El Papa Francisco visitó Fátima en 2017 para celebrar el centenario de las apariciones, pidió por la paz en el mundo, y canonizó a los dos videntes.
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