Un obispo nicaragüense fue encarcelado por el dictador Daniel Ortega. El papa Francisco expresó su preocupación por la situación que se vive en el país centroamericano.
Monseñor Rolando Álvarez fue condenado a más de 26 años de cárcel acusado por "propagar noticias falsas".
El obispo nicaragüense Rolando Álvarez, un crítico del gobierno del dictador Daniel Ortega, fue condenado a 26 años y cuatro meses de cárcel, un día después de que el líder religioso se rehusara a ser liberado y ser enviado a Estados Unidos junto con otros 222 opositores.
En el mayor golpe reciente de la justicia nicaragüense contra la Iglesia católica, a la que Ortega acusó de apoyar a sus opositores, el magistrado Octavio Ernesto Rothschuh impuso la sentencia por los delitos de conspiración, propagar noticias falsas, obstrucción de la justicia y desacato a la autoridad. Como parte de la condena, también se le retiró la nacionalidad nicaragüense.
Álvarez fue detenido en agosto del año pasado junto a otros sacerdotes y ciudadanos. Ortega dijo que Álvarez se negó a abordar el avión con destino a Washington sin antes consultarlo con otros obispos.
El obispo era una de las figuras religiosas más destacadas que aún permanecía en Nicaragua en un contexto de aumento de la represión de Ortega contra la oposición.
Andrew Chesnut, profesor de estudios religiosos en la Universidad de la Commonwealth de Virginia (en Estados Unidos), dijo que la sentencia impuesta a Álvarez “constituye la represión más severa contra la Iglesia católica en América Latina desde el asesinato del obispo guatemalteco Juan José Girardi en 1998”.
EN ALERTA
Luego de que le informaran sobre la sentencia del obispo, el Papa expresó su amor y preocupación por Álvarez y llamó a los fieles a rezar para que los políticos “abran sus corazones”.
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