Mientras el cristianismo se desvanece, los templos en el viejo continente encuentran nuevas vidas como bares, hoteles y centros culturales.
Varios huéspedes desayunan frente a un altar reutilizado en el ahora hotel Martin's Patershof, en el centro de Malinas.
El Sagrado Corazón, una antigua iglesia belga, cuyos confesionarios escucharon los pecados de generaciones, está en pleno proceso de metamorfosis. Durante dos años, sus puertas permanecerán cerradas para dar lugar a un proyecto de transformación que incluirá una cafetería y un escenario para conciertos. Los confesionarios ahora apilados en un rincón serán sustituidos por mesas, y en lugar de misas, se ofrecerán espectáculos musicales.
DECLIVE DE LA FE
En toda Europa, iglesias, conventos, monasterios y capillas permanecen vacíos debido a la disminución de creyentes y visitantes en el último medio siglo. Un fenómeno palpable desde Alemania hasta Italia, y que destaca en Flandes, región norteña de Bélgica, hogar de algunas de las catedrales más bellas del continente.
La luz del sol se filtra por las vidrieras de una habitación del hotel Martin's Patershof, en el centro de Malinas, Bélgica. En el continente que alimentó el cristianismo durante la mayor parte de dos milenios, muchas iglesias, conventos, monasterios y capillas permanecen vacíos debido a la disminución de creyentes y visitantes en el último medio siglo.
EN BUSCA DE FIELES
Un estudio de 2018 del grupo de investigación PEW mostró que, en Bélgica, solo el 55% de las personas que dicen haber sido criadas como cristianas todavía se considera así, y apenas el 10% asiste a la iglesia regularmente. Frente a este panorama, los coros visitantes de otros países a menudo superan en número a los miembros de las congregaciones locales.
NUEVOS USOS PARA ANTIGUOS TEMPLOS
"En mi ciudad tenemos una cervecería, hotel, centro cultural y biblioteca en distintas iglesias", explicó Bart Somers, alcalde de Malinas, ciudad de 85.000 habitantes al norte de Bruselas.
Estos cambios se replican en muchas iglesias de la región densamente poblada de Flandes, con sus 6,7 millones de habitantes.
Varias personas se colocan detrás de las cuerdas de una pared de escalada en la reconvertida iglesia de San Antonio de Padua, ahora también conocida como el club de escalada Maniak Padoue, en Bruselas.
PRESERVANDO EL VALOR ARQUITECTÓNICO
El cuidado del valor arquitectónico de estos edificios es crucial en su reconversión. Un ejemplo de ello es la iglesia San Antonio de Padua en Bruselas, convertida en el club de escalada Maniak Padoue, donde los puntos de apoyo multicolores para manos y pies en las paredes compiten con los vitrales como la principal atracción multicolor.
FUTURO DE LAS IGLESIAS
Aunque las cifras de creyentes católicos siguen en declive, la sociedad continúa necesitando lugares para la reflexión y la contemplación. Monseñor Johan Bonny, obispo de Amberes, considera que estos espacios pueden continuar sirviendo a este propósito, aun cuando dejen de ser centros de culto religioso. Sin embargo, la iglesia está abierta a la posibilidad de que estos edificios tengan usos alternativos siempre y cuando se respete su valor arquitectónico y se preserve su esencia tranquila y contemplativa.
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