El Santo Padre el domingo 19 de junio meditó sobre la Eucaristía e indicó que "quien recibe con fe el Cuerpo y la Sangre de Cristo no solo come, sino que queda saciado".
“Jesús cuida de la gran multitud que lo ha seguido para escuchar su palabra y ser liberada de varios males”, aseguró el Papa Francisco ante una multitud que se congregó en la plaza San Pedro para el rezo mariano del Ángelus del domingo 19 de junio en la solemnidad del Corpus Christi.
El Santo Padre reflexionó sobre el pasaje evangélico (Lc 9, 11-17) de la multiplicación de los panes: «comieron todos hasta saciarse».
“La Eucaristía, instituida en la Última Cena, fue como el punto de llegada de un recorrido, a lo largo del cual Jesús la había prefigurado a través de algunos signos, sobre todo la multiplicación de los panes”, dijo.
COMER Y QUEDAR SACIADOS
En su reflexión dominical el Obispo de Roma indicó que la Eucaristía cada persona experimenta el amor del Señor, y “quien recibe con fe el Cuerpo y la Sangre de Cristo no solo come, sino que queda saciado”.
Del mismo modo, explicó que “el milagro de los panes y de los peces no sucede de forma espectacular, sino casi de forma reservada, como en las bodas de Caná: el pan aumenta pasando de mano en mano. Y mientras come, la multitud se da cuenta de que Jesús se encarga de todo”.
CUIDAR AL PRÓJIMO
El vicario de Cristo en otro párrafo de su alocución señaló que la oración debe transformase en hechos, en obras concretas, por lo que la Adoración Eucarística toma cuerpo “cuando cuidamos del prójimo, como hace Jesús: en torno a nosotros hay hambre de comida, pero también de compañía, de consuelo, de amistad, de buen humor, de atención”.
Antes de rezar la oración del Ángelus, el Papa pidió a la Virgen María: “nos enseñe a adorar a Jesús vivo en la Eucaristía y a compartirlo con nuestros hermanos y hermanas”.
(Fuente: Vatican News)
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