Comienza el Cónclave: La Iglesia al Borde de un Nuevo Papa
- Canal Vida
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Con las puertas selladas de la Capilla Sixtina, el mundo católico sostiene el aliento: 134 cardenales ya se preparan para elegir al sucesor de Francisco. Misas, juramentos, fumatas y un ritual ancestral que definirá quién será el próximo Pastor de la Iglesia.

Desde hoy, la majestuosa Capilla Sixtina quedó sellada al mundo. A partir del miércoles 7 de mayo, 134 cardenales menores de 80 años se encerrarán "cum clave" —bajo llave— para dar al mundo el 267º sucesor de Pedro. Con las paredes tapizadas por los frescos de Miguel Ángel y el Juicio Universal como testigo, el mundo católico sostiene el aliento: la elección del nuevo Papa comienza.

EL RITUAL SECRETO DEL CÓNCLAVE
El miércoles, una misa solemne pro eligendo Pontifice abrirá la jornada, presidida por el Decano del Colegio Cardenalicio, Giovanni Battista Re. Luego, en solemne procesión, los cardenales ingresarán en la Capilla Sixtina entonando el "Veni Creator Spiritus", invocando al Espíritu Santo. Cada uno jurará secreto absoluto y pureza de intención. Tras la proclamación del famoso extra omnes, quedarán aislados del mundo.
Aquí comienza el drama: en votaciones secretas, escritas a mano, los purpurados elegirán al nuevo Pastor. Se necesitarán dos tercios de los votos. Si tras varios escrutinios no hay acuerdo, se realizará una segunda vuelta entre los dos más votados. Sólo la fumata blanca, emergiendo hacia la plaza San Pedro, anunciará que el mundo tiene un nuevo Papa.

UN PROCESO CARGADO DE MISTERIO Y PRESIÓN
Cada día podrán celebrarse hasta cuatro votaciones: dos por la mañana, dos por la tarde. Después de cada jornada inconclusa, el humo negro lo dirá todo: non habemus papam. Pero si alguien alcanza los votos necesarios, el Cónclave se romperá en lágrimas, aplausos, abrazos y el histórico anuncio: Habemus Papam.
El nuevo Pontífice será conducido a la llamada “Sala de las Lágrimas” para revestirse con los ornamentos preparados en tres tallas distintas. Allí rezará en soledad antes de enfrentar a un mundo expectante desde el balcón de San Pedro.

UN PUEBLO QUE ESPERA EL ANUNCIO
Mientras los cardenales deliberan, el mundo se paraliza: millones rezan, esperan y sueñan con el nombre que resonará sobre el balcón: "Annuntio vobis gaudium magnum: Habemus Papam".
El elegido impartirá su primera bendición Urbi et Orbi, y comenzará así una nueva página en la historia de la Iglesia y de la humanidad.
¿Quién será el nuevo pescador de hombres que tomará la barca de Pedro? El Espíritu Santo ya susurra en los muros de la Capilla Sixtina.
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