El Papa comenzó su visita pastoral a Canadá, en la que lleva un mensaje de perdón, consuelo, recogimiento, amor y paz a los pueblos nativos que padecieron los abusos de misioneros católicos en el siglo XIX.
El Santo Padre es recibido por un miembro de los pueblos originarios. (Fotografía: Vatican Media)
Francisco inició hoy una visita histórica a Canadá, una “peregrinación penitencial” —calificó—, para disculparse con los pueblos originarios por los abusos de los misioneros en internados católicos en el siglo XIX.
En este paso clave para el perdón y la reconciliación de la Iglesia con las comunidades latinas, el Pontífice apenas piso suelo americano —en esta jornada se traslado mayormente en silla de ruedas por su problema de rodilla— besó la mano de una víctima de maltrato en uno de esos internados al ser recibido en el aeropuerto de Edmonton, en la provincia de Alberta, por representantes indígenas, por el primer ministro canadiense Justin Trudeau y por Mary Simon, una inuk que es la primera gobernadora general indígena de Canadá.
EVANGELIZAR CON EL EJEMPLO
El gesto de Santo Padre de “abrazar” al doliente, a la víctima, a la persona dañada, es un reflejo de la visita apostólica “penitencial”, un camino de redención, de pedir perdón por el papel que desempeñaron misioneros católicos en la integración obligatoria de generaciones de niños indígenas a la cultura canadiense.
Jorge Bergoglio mañana tendrá su primera reunión con víctimas de esos abusos perpetrados por los misioneros católicos, la cual se llevará a cabo a las 10 (hora local) en Maskwacis, donde se prevé que ore en un cementerio y ofrezca disculpas.
Otra reunión importante será en la iglesia del Sagrado Corazón de Edmonton con representantes de los pueblos aborígenes.
El mensaje de reconciliación, disculpa, perdón y consuelo que Francisco trae a esta tierra pretende dirigirse a todas las realidades de la sociedad canadiense en un camino que necesariamente debe hacerse en común.
HONORES ANCESTRALES
La sencilla ceremonia de bienvenida se llevó a cabo en un hangar del aeropuerto, donde el Obispo de Roma fue recibido por miembros de los pueblos nativos vestidos con sus atuendos originarios y cantos ancestrales.
Mientras Trudeau y Simon permanecían sentados junto al Papa, una serie de líderes indígenas y ancianos lo saludaron e intercambiaron regalos. En un momento dado, el pontífice besó la mano de Elder Alma Desjarlais, perteneciente a la nación indígena First Lake y víctima de los abusos en los internados.
PEDIDOS DE LOS NATIVOS
Los grupos indígenas buscan más que sólo palabras, y presionaron para que se les dé acceso a los archivos de la Iglesia con el fin de conocer el destino de niños que nunca regresaron a casa de los internados.
También quieren castigo para los abusadores, reparaciones económicas para las víctimas y la devolución artículos indígenas en poder de los Museos del Vaticano.
Cabe indicar que desde el siglo XIX hasta 1970 alrededor de 150.000 niños indígenas fueron separados de sus familias y obligados a asistir en un esfuerzo por aislarlos de la influencia de sus hogares, lenguas y culturas nativas y asimilarlos a la sociedad cristiana de Canadá.
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