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100 años de fuego educativo católico

  • Foto del escritor: Canal Vida
    Canal Vida
  • 8 abr
  • 2 Min. de lectura
El Consejo Superior de Educación Católica (Consudec) celebró su centenario con una histórica asamblea nacional, una misa de acción de gracias y un llamado firme a renovar el compromiso por una educación con valores, esperanza y presencia viva de la Iglesia en cada aula de Argentina.
 
CONSUDEC
Participantes del encuentro organizado en el marco del centenario del Consejo Superior de Educación Católica

Con el eco de un siglo de historia resonando entre las paredes de la Conferencia Episcopal Argentina, el Consejo Superior de Educación Católica (Consudec) celebró sus 100 años de vida el viernes 4 de abril con una fuerza que conmueve. Representantes de todas las provincias se dieron cita para dar gracias por una obra que no cesó de encender almas, formar corazones y modelar generaciones desde la fe.

 
Pedro Kriskovich
 

La jornada culminó con una misa de acción de gracias presidida por el cardenal Mario Aurelio Poli, quien recordó que “educar es un gesto de esperanza”. La homilía de monseñor Mario Cargnello fue un llamado vibrante a ser testigos del Evangelio en medio del desafío educativo actual.


MIsa
Misa por el centenario de la entidad que nuclea a todos los colegios católicos.
Educación en valores

Durante la asamblea, se debatieron con fuerza temas cruciales: el rol del Consudec ante los nuevos tiempos, la formación de líderes, el pacto educativo juvenil y el clamor de las aulas por más presencia pastoral.


Asamblea
Asamblea.
Participantes

La presencia de funcionarios del gobierno nacional, autoridades educativas, sindicatos y referentes del ámbito eclesial y civil marcó una alianza rara pero necesaria: Estado e Iglesia frente a un mismo dolor —la crisis de valores en la educación— y un mismo sueño: el renacer de la esperanza en las aulas.


El Consudec no solo celebró su pasado, declaró guerra al futuro sin Dios. En medio de una sociedad convulsionada, este centenario fue más que una fiesta: fue un grito profético.

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